Imagen correspondiente a la despedida de la elefanta, antes de dejar el Zoo de Jerez. :: JAVIER FERGO
Jerez

Encuentran un novio a Buba

La elefanta jerezana ha conocido en Hungría a Jack, con el se apareará; Los dos animales forman parte de un programa de cría en cautividad, pero de momento están separados debido al estrés del viaje

JEREZ. Actualizado: Guardar
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Buba, la elefanta que fue enviada a finales de octubre desde el Zoo de Jerez al de la ciudad húngara de Nyíregyháza, conoció ayer a Jack, un paquidermo llegado de un parque inglés con el que los criadores esperan que pueda aparearse y tener descendencia. «En unos tres años podrá tener una cría», explicó el criador Zoltán Takács, informando de que Buba, Jack y otras tres hembras forman parte de un programa de cría en cautividad de elefantes africanos.

Los visitantes del zoo pueden ya ver a las hembras en la casa de elefantes, construida en 2006, aunque el macho estará de momento separado de ellas. «Es por el estrés del viaje, esperamos que en poco tiempo se sienta como en su propio hogar», argumentó el cuidador. Buba llegó a Nyíregyháza el pasado 31 de octubre como parte del Programa Europeo de Especies en Peligro.

Después de tres días de viaje, la elefanta fue instalada en su nuevo hogar acompañada de un equipo del parque y del cuidador Juan Caballero, que la atendieron durante el largo trayecto. El emblemático animal abandonó Jerez con la finalidad de formar una familia en su nuevo destino, al que llegó sobre las tres de la madrugada. A las siete de la mañana se inició la operación de bajarla e introducirla en su nuevo recinto provisional. Desde allí, el cuidador del Zoobotánico de Jerez informaba de que realizó el trayecto «muy tranquila» y que eso permitió que no se registrara ningún tipo de incidente.

Días antes de su marcha, la elefanta recibió una cariñosa despedida de multitud de visitantes en la fiesta convocada en el zoo a tal efecto. Talleres de máscaras y dibujos, mensajes en globos para la viajera y regalos hicieron protagonistas a los niños, que disfrutaron de un día jubiloso pese al lamento que muchos expresaban sobre su ausencia próxima. El proyecto de ampliación las instalaciones jerezanas, paralizado en estos tiempos de crisis, contempla como uno de sus elementos estrella la dotación de un espacio de una hectárea de terreno dedicado no solo a Buba cuando regrese, sino a que disponga de él toda una manada.

La paquiderma llegó a Jerez en noviembre de 1987 y pronto se convirtió en el emblema de las instalaciones. No se fue del todo, gracias al recuerdo cariñoso de los críos jerezanos así como a un espacio que, con esculturas de elefantes, hace presente el estilo de vida de estos animales.