PAN Y CIRCO

TRANQUILIDAD EN LAS MASAS

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La historia nos dice que la presencia de Jose González en Segunda B garantiza -al menos- la presencia del equipo en la fase de ascenso. Sucedió en 2003, con un final de cuento de hadas, y la pasada primavera, con un desenlace prematuro y decepcionante. En esta campaña, los amarillos van de menos a más en una competición en la que no es cómo se empieza. Al final importa cómo eres capaz de rendir en esos partidos en los que te juegas el ascenso una vez finalizada la Liga. Partiendo de la base de que a este Cádiz CF 2011-2012 hay que exigirle lo máximo, y eso es ver a Quique Pina celebrando un ascenso lejos de La Alhambra, parece como si el equipo de Jose fuera quemando etapas sin prisa, pero sin pausa. En estas once jornadas transcurridas hasta la fecha, se ha pasado del puesto 16º al 4º, donde se ha estancado en el último mes con el Betis B de Vidakovic (a quien Jose sustituyó el pasado otoño), curiosamente, como líder de la competición. Expuesto todo esto, queda por ver cómo van a digerir los distintos agentes implicados lo que resta de temporada. De momento, la paciencia (algo a lo que en este club se está poco acostumbrado) es la nota predominante entre la afición y eso que el técnico no es precisamente santo de la devoción de una parte del cadismo más numerosa de lo que cabría esperar. También hay tranquilidad en la zona noble del club. Pina ve como, por ahora, la presencia de su padre y su hermana en el consejo de administración no está levantado comentarios despectivos y Antonio Muñoz -el mayor beneficiado de cuanto está ocurriendo hasta la fecha- respira profundamente porque su inmenso cartel con la leyenda 'culpable de la ruina del Cádiz' no luce tan resplandeciente gracias a los goles de Akinsola, Ikechi y compañía. Y la preocupante marcha del Cádiz B tampoco es que esté provocando muchos aspavientos porque ya se sabe que aquí la cantera no importa.