TRES MIL AÑOS Y UN DÍA

LA MARCHA A ROTA SE CARGA DE RAZONES

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Amediodía de hoy, en la explanada del cementerio de Rota, comenzará a rodar la vigésimo sexta edición de la marcha contra la base. Esta vez, las novedades son tantas como las incógnitas que se abren ante esta movilización global de la izquierda andaluza, como la denominó el antropólogo Ángel del Río. Por un lado, la actualidad militar ha traído de la mano una de las más sorprendentes guindas del Gobierno Zapatero al sumar a España y a este enclave a la estrategia estadounidense del escudo antimisiles. Al mismo tiempo, en estos días, se ha consumado el retorno hacia este acuartelamiento de buena parte de los efectivos españoles que han participado en la fugaz guerra de Libia, al socaire de una resolución 1973 de la ONU cuyos límites han sido flagrantemente vulnerados por la OTAN hasta convertirse en una caza y captura del coronel Gadafi. El grupo Ojos para la Paz, constituido a raíz de este conflicto y en el que participan diversos gaditanos como Purificación González de la Blanca, se hará presente esta vez con una pancarta alusiva a esa masacre.

Ahora, el Gobierno español habla de cientos de empleos, pero los críticos con el presunto escudo antimisiles sostienen que el trabajo será precario y temporal. «Está demostrado que las inversiones en armas, guerras e industrias militares no solo destrozan países y vidas, sino que generan muchísimos menos puestos de trabajo que si esas enormes cantidades de dinero se dedicaran a nuevos puestos de trabajo de carácter civil», afirman los convocantes de la marcha que recuerdan que España «ya arrastra una colosal deuda de más de 26.000 millones de euros en gastos militares». En Rota, una ciudad tan castigada por el paro como muchas otras de la Bahía de Cádiz, el anuncio del escudo antimisiles ha alentado de nuevo a quienes prefieren ponderar los beneficios económicos del proyecto antes que los riesgos evidentes en materia de seguridad: «No es un escudo defensivo -ha dicho el eurodiputado de IU, Willy Meyer, zarandeado esta semana por las autoridades marroquíes en la escalerilla del avión que lo llevaba a El Aaiún-. Invita a la guerra armamentística nuclear». En plena campaña electoral, Izquierda Unida y el PCE han movilizado a su militancia para fletar autobuses desde toda Andalucía hacia Rota. Otras formaciones políticas y sindicales como Nación Andaluza, CGT o el Sindicato Andaluz de Trabajadores que lidera Diego Cañamero también se harán presentes en la jornada de hoy que probablemente cuente con refuerzos del 15-M, otro factor colectivo y moral a tener en cuenta este año. En el horizonte inmediato, todo apunta a que se preparan nuevas estrategias de la tensión militar en torno a Irán y Siria. Y Rota, presumiblemente, volverá a tener protagonismo en estos despliegues si es que finalmente se llevan a efecto. Vuelven a sonar tambores de guerra y, a juicio de Meyer, la OTAN tiene «más de 8.000 armas nucleares dispuestas para ser usadas, de las cuales 2.500 están en alerta». Por eso, desde su punto de vista, el escudo antimisiles de Rota sería un escudo defensivo «si la OTAN renunciara al arma nuclear, pero no lo ha hecho». Pura carrera de armamentos, en un momento en que, según sus datos, «mueren diariamente 70.000 personas por falta de alimentación o por vivir en condiciones infrahumanas».

Más allá de la presencia partidista, que siempre suscita controversia y que en plena campaña atraerá hoy hasta Rota a diversos candidatos de la izquierda, la marcha sigue siendo convocada por la Plataforma Andaluza contra las Bases Militares, en la que participan algunas organizaciones políticas pero que se nutre principalmente de grupos y asociaciones ciudadanas, que militan en el entorno del ecopacifismo. De hecho, se encuentra conformada por la Red Antimilitarista y Noviolenta de Andalucía -de la que forman parte Ecologistas en Acción de Andalucía, CGT-Andalucía, Noviolencia Ahora (Jerez), Casa de la Paz de Sevilla (Mujeres de Negro, Alternativa Antimilitarista-MOC Sevilla, REDPAZ), Ahimsa (Málaga), MOC-ELAIA (El Puerto), y Madres contra la Droga ANDAD, también de El Puerto. Pero al mismo tiempo, la plataforma suma las siglas de Candidatura Unitaria de Trabajadores-Bai, Juventud Independentista Revolucionaria Andaluza, Jaleo, Andalucía Comunista, Unión de Juventudes Comunistas de España, Partido Comunista de los Pueblos-Andalucía, junto con las formaciones ya mentadas. El criterio de la plataforma estriba en que el célebre escudo antimisiles no es más que «un sistema de armas amenazante» y que servirá para «apuntalar guerras como las de Irak, Afganistán y Libia». O las que se declaren en esta región del mundo: «Y nos convierte a los ciudadanos y ciudadanas de Andalucía en posible blanco de acciones militares de los enemigos de la OTAN». «Consideramos que esto es una imposición de las directrices militaristas de EEUU y de la OTAN respecto al papel que debe jugar el estado español en el entramado belicista organizado en el área mediterránea y, particularmente, en la región del Estrecho de Gibraltar».

Este año se han convocado tres movilizaciones bajo un mismo lema: 'Recortes militares sí, recortes sociales no. Ni OTAN, ni bases'. La primera de ellas tuvo lugar el pasado 30 de octubre en Morón, con una participación que probablemente no llegó al millar de personas que pregonaron los convocantes, pero que tampoco se redujo al centenar que pregonó algún que otro medio de comunicación. Tras la marcha de hoy a Rota, la próxima cita tendrá lugar el domingo 13 de noviembre en la verja de acceso a Gibraltar, otra de las bases emblemáticas de esta área aunque los expertos en estrategia insisten en subrayar que su importancia militar se ha reducido claramente en los últimos años y el escudo antimisiles de Rota supondrá quizá su puntilla definitiva, con lo que ello podría suponer como baza en el célebre contencioso hispano-británico por la soberanía del Peñón. Que también fue fruto de una guerra, por cierto, trescientos años atrás y sin ojivas nucleares. Militarismo depredador. Entonces y ahora.