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La duquesa desnuda

'Interviú' desempolva unas fotografías de Cayetana en cueros en 1982, durante sus vacaciones en Ibiza

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Cual maja de Goya, al desnudo, se paseaba la duquesa de Alba por las playas ibicencas en 1982. Emulando a la musa del pintor -la identidad oficial se desconoce, aunque siempre se ha dado por sentado que era su antecesora, la duquesa María Cayetana de Silva- fue inmortalizada por un paparazzi. Unas imágenes que la revista 'Interviú' desempolva esta semana, aprovechando el tirón del que ya es el enlace del año en España. Un regalo inesperado y envenenado de boda, aunque las fotos robadas muestran a una mujer madura en su esplendor. Por entonces, Cayetana tenía 56 años, había dado a luz a sus seis hijos y estaba casada en segundas nupcias con el exsacerdote Jesús Aguirre. Aún así, seguía luciendo su figura sin pudor; con el vientre plano, aunque marcado por los partos, y un busto firme.

Las dieciocho instantáneas que publica la revista -tres de ellas completamente desnuda- muestran a la duquesa disfrutando de un día de playa en una de las calas más populares de Ibiza, Punta Galera, sin saber que acechaba el objetivo indiscreto de un paparazzi. Como cualquier otra veraneante, Cayetana aparece en las imágenes dándose crema, tostándose al sol entre la rocas y tomando un baño. Eran los años dorados de Marbella y la isla pitiusa era un lugar algo más apropiado que ahora para pasar desapercibido. Su refugio era la casa de Sa Ufabaguera, situada muy cerca de la playa donde fue retratada. Una residencia que, después del reparto de su herencia en julio, es propiedad de su única hija y benjamina de la familia, Eugenia. La decisión le ha traído más de un quebradero de cabeza: al parecer, su hijo Jacobo también deseaba heredar la finca balear.

Allí disfrutaba y disfruta de sus vacaciones, embaucada desde hace décadas por el ambiente hippie de la isla. El pasado agosto, a sus 85 años, la volvíamos a ver pasear en biquini a orillas del Mediterráneo.

La maja de Picasso

En 1958 pudo convertirse en la maja desnuda del siglo XX. Fue el mismísimo Pablo Picasso quien, a través del torero Luis Miguel Dominguín, contactó con Cayetana para proponerle un posado. Pero su primer marido, Luis Martínez de Irujo, y la sociedad de aquellos años le pararon los pies. «Me hubiera gustado, sentía curiosidad, pero en realidad no me atreví a ir tan lejos por las críticas de aquel entonces», reconoció años más tarde Cayetana. Y es que para la duquesa, pese a ser una mujer muy independiente y avanzada a su tiempo, el matrimonio es una de las cosas más sagradas del mundo. «Soy antidivorcio, antiaborto y anti todas esas atrocidades; soy católica y lo ejerzo». Por eso y porque «mis dos maridos anteriores murieron», Cayetana se casará de nuevo y en el Palacio de Dueñas (Sevilla) está todo listo para que así sea.

El domingo, después de despedirse de sus compañeros de trabajo en Madrid, Alfonso Díez puso rumbo a Sevilla, donde mañana dará el 'sí, quiero'. Pero antes ha dejado que su futura esposa disfrute de sus últimos momentos de soltería. El fin de semana Cayetana celebró su despedida con todos esos amigos que no acudirán a la boda, como los creadores del vestido de novia, Victorio y Lucchino, o su amiga Ana María Abascal, hermana gemela de Nati Abascal. Ni entre los invitados a la boda ni a la despedida del fin de semana se encontraba Beatriz de Orleans, la primera amiga de la duquesa en mostrar su malestar por no haber sido invitada a la ceremonia. «He ido a todos los enlaces de sus hijos. Hemos pasado mucho tiempo juntas. Pero ahora no entiendo por qué no he sido invitada a esta boda», se quejó.

En vísperas del feliz acontecimiento, la prima del rey desvela a 'Vanitatis' algunas confesiones que en su día le hizo Cayetana. «Hace dos veranos comimos juntas y ya tenía muy claro que se quería casar. Nos contó que en menos de año y medio lo haría. Y así va a ser. ¿A quién no le gustaría con 85 años casarse con un hombre el doble de joven? A todas».

A estas alturas no hay nada que a la duquesa le quite el ánimo. Mucho menos ahora, cuando los que se oponían «se han dado cuenta del calibre de hombre que es Alfonso», ha asegurado la propia Cayetana a la agencia 'Efe'. Aun así, de poco le van a servir su talante y su condición de nuevo duque consorte de Alba, porque, según anticipa el director de la escuela Internacional de Protocolo de Madrid, Díez «no va a cumplir ningún papel institucional dentro de la familia Alba». También aventura que la boda será «de lo más normal».