SÁLVESE QUIEN PUEDA

Sé que hablar de la crisis del PSOE en la provincia es muy aburrido, pero me veo en la obligación de hacerlo. Desde hace días recibo en mi correo mensajes de militantes socialistas -los que aún creen en las enseñanzas de Pablo Iglesias- que están indignados con la situación, hasta tal punto que están incluso dispuestos a votar al PP para castigar al partido de su vida, «a marchitar la rosa y dar paso a la margarita». Lo de González Cabaña y su afán por mantenerse en los puestos de salida ya forma parte de la historia del socialismo gaditano. Parece que el secretario provincial se ha puesto las orejeras y no ve más allá de su jubilación como diputado nacional. Con cuatro añitos en Madrid se coloca a los pasados los 60 y un empujoncito más en los 65, con pensión de diputado, mucho mejor que la de maestro. Como diría un amigo 'pá lo que queda en el convento se caga dentro' y deja que los demás ventilen la peste. Últimamente estoy muy escatológica. Hay hasta quien dice que Cabaña no va a ser menos que Román y que el odio que siempre le ha tenido a su antecesor en el cargo como presidente de la Diputación le hace actuar de esta forma para conseguir el escaño en Madrid, a expensas de quedar en evidencia ante el resto de sus compañeros. Está muy bien avalar la aprobación de su candidatura al Congreso de los Diputados con tantos porcientos superiores a los conseguidos por otros contrincantes, pero sin especificar cuántos votos ha conseguido a su favor del total de militantes que hay en la provincia. Una vez asistí a una conferencias de un budú del márketing y la comunicación que hablaba de los porcentajes y de la facilidad con que eran utilizados por los políticos y los medios de comunicación para ponerlos a su favor, sin que nadie se parara a pensar de lo que se hablaba. Uno dice: «He conseguido el 55% de los votos», y la gente se queda tan contenta, pero nadie se pregunta ¿el 55% de cuánto?, ¿de 40, 50, 60?... En fin, que cada uno utiliza las estadísticas según le convengan. Resulta curioso que Cabaña se cachondee de sus compañeros de partido, aquellos que han mostrado públicamente su desacuerdo con la forma de actuar del secretario provincial, alcalde de Benalup, portavoz de Diputación, diputado provincial y aspirante a diputado nacional. Les echa en cara haber perdido en sus localidades y olvida que él ha perdido en la provincia después de 30 años de hegemonía, algo mucho más grave si tenemos en cuenta los porcentajes. Hablaba esta mañana con un histórico socialista que asegura que lo mejor es perder las próximas elecciones nacionales ,y también las andaluzas. «Solo de esta forma conseguiremos acabar con los políticos profesionales y darnos cuenta que hemos perdido el norte, el sur, el este y el oeste». Mientras tanto, sigue la función.

Tomando posiciones en el SAS

Seguimos con el 'wikiliki dersas', que está más al rojo vivo que nunca. Con las cercanías de las elecciones andaluzas el próximo mes de marzo y la posible pérdida por parte del PSOE, los adeptos a las administraciones que ahora gobiernan andan tomando posiciones por si viene el lobo convertido en Arenas. En el hospital Puerta del Mar ya le han visto las orejas al lobo y las unidades de gestión funcionan como refugio ante la posible llegada del enemigo. Es así que algunas que ni siquiera estaban previstas y que incluso han llegado a rechazarse en su momento, ahora se quieren poner en marcha para colocar a jefes de la cuerda de la casa, como es el caso de Ginecología o Cirugía -la próxima semana daremos nombres y apellidos de los aspirantes-. Las Unidades de Gestión se crearon a finales de los años 90 para, en teoría, reducir costes en las áreas y organizar al personal, siendo premiados sus jefes con suculentas cantidades si consiguen llegar a los objetivos marcados por el SAS aunque ello suponga el deterioro del servicio público por excelencia en España, la Sanidad Pública. Otro refugio político, según me cuentan mis amigos del wikiliki, es la plataforma de contrataciones que hay en la Zona Franca, donde se quieren amarran algunas jefaturas de cara al futuro. Sálvese quien pueda.