El empuje de los rebeldes libios acorrala a Gadafi

«Gadafi tiene los días contados», fue el mensaje del enviado de la Casa Blanca a Bengasi, Jeffrey Feltman, tras una reunión con los líderes rebeldes que le pusieron al día de los importantes avances en el plano militar y le informaron de dos nuevas deserciones en la cúpula del régimen. En las últimas horas el ministro de Petróleo, Omran Abukraa, y el que fuera número dos de Libia entre 1969 y 1993, Abdul Salam Jalloud, han abandonado el país para sumarse a la larga lista de personalidades que han dado la espalda a un Gadafi preso en una capital de la que el Organismo Internacional para la Migración ya ha anunciado la evacuación de «un gran número» de extranjeros. La batalla final por Trípoli parece cada vez más cercana.

Los sublevados avanzan por tierra y la ofensiva de Ramadán ha logrado de momento lanzar un serio aviso al dictador, que por primera vez desde el inicio de la revolución es incapaz de lanzar una contraofensiva en condiciones. Al bloqueo marítimo y aéreo liderado por la OTAN desde marzo, se suma ahora un empuje opositor que está poniendo a Muamar Gadafi contra las cuerdas. Los tres frentes rebeldes han avanzado en la última jornada.

Al oeste, Zawiya parece definitivamente liberada tras una semana de intensos combates. Su toma supone un duro revés para el régimen. Por la ciudad discurre la única carretera que une Trípoli con Túnez, la única vía de suministro que le quedaba, y en la zona se encuentra además la refinería libia que seguía en marcha y que desde ahora dejará de enviar combustible a las tropas leales al coronel.

Frentes abiertos

La toma de Zawiya y el empuje de las fuerzas bajadas de las montañas de Nafusa parece haber contagiado a los otros dos frentes abiertos -Misrata y Brega- donde los mandos militares del Consejo Nacional Transitorio también informaron de importantes avances después de meses de estancamiento.

Mientras sigue la lucha abierta sobre el terreno, crece la rumorología sobre el futuro de Gadafi. Los medios tunecinos informan cada día de la marcha del dictador para ser tratado de una grave enfermedad en Sudáfrica, de la llegada de emisarios venezolanos para ayudar a la evacuación de sus familiares o del inicio de un proceso negociador. A medida que se multiplican las hipótesis sobre el fin del conflicto, aumenta el silencio del coronel. La última comparecencia pública de Gadafi fue un mensaje de voz el pasado fin de semana para pedir a los suyos «unidad» frente al enemigo.