La empresa de Garbarino explota la torre desde 2003. :: NURIA REINA
CULTURA

Garbarino asegura que el Cabildo «solo quiere echarnos, como hacen los asustaviejas»

Una sentencia condena a Monumentos Alavista a pagar 101.397 euros a la Iglesia por deficiencias en la explotación de la Torre de Poniente

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Los problemas continúan para la empresa Monumentos Alavista, que gestiona el yacimiento de la Casa del Obispo, la Torre de Poniente y el Museo de Chiclana. Ahora los dardos no le vienen del Ayuntamiento, sino del Cabildo de la Catedral gaditana. Ayer se hacía pública la sentencia de la Audiencia Provincial, que condena a la empresa que dirige Germán Garbarino a pagar a la Iglesia 101.397 euros en relación al litigio mantenido por la Torre de Poniente, que se remonta dos años atrás.

Tras la emisión del auto, dictado el pasado 3 de mayo, la Audiencia procedió al embargo de los beneficios de la empresa. Garbarino no se amilana y, aunque reconoce que Monumentos Alavista ya está sufragando la deuda, que pretende saldar en un plazo de un mes y medio, asegura que el Cabildo esta actuando como un asustaviejas, ya que lo único que quiere «es echarnos».

Según el contrato de concesión del monumento (con fecha 4 de julio de 2003), al que ha tenido acceso este periódico, «anualmente, al cierre del balance económico, los beneficios se distribuirán del modo siguiente: un 45% para el Cabildo, otro 45% para la empresa y un 10% para el Fondo Diocesano de Solidaridad». La demanda de la Iglesia se sustenta en que los beneficios de 2004 a 2006 fueron sustentados con otros gastos, a lo que Garbarino explica que «desde 2003 se han aceptado una serie de gastos como por ejemplo la seguridad social de los trabajadores, y ahora dicen que no». Por otro lado, el empresario afirma que tras la primera demanda que les fue interpuesta, «la sentencia falló a nuestro favor», el Cabildo la recurrió «y volvieron a fallar a nuestro favor. Y eso a día de hoy es firme».

La resolución judicial emitida ahora responde a la apelación presentada por la Iglesia cuando el Juzgado de Primera Instancia número 1 de Cádiz absolvió a Monumentos Alavista en septiembre de 2010. Aun así, pese a perder en esta última contienda legal, Garbarino apostilla que esta sentencia incluye un voto particular de uno de los jueces de unas veinte páginas, «más extensa incluso que el propio fallo».

«El objetivo es echarnos»

El gerente de Monumentos Alavista está convencido de que es víctima de una «campaña de desprestigio» y que el Cabildo catedralicio lo único que busca es arrebatarle la concesión de la Torre de Poniente. «Hasta 2007 siempre recogieron el dinero sin problema, incluso se lo adelantábamos porque había buena relación», vínculo que se rompió ese mismo año. «Cuando vieron la rentabilidad que tenía el monumento» empezaron las disputas y la actitud de «asustaviejas». Según el empresario, desde entonces se negaron a recoger las rentas anuales. Incluso, añade Garbarino, el Cabildo llegó a proponer dejar estos problemas atrás si Monumentos Alavista dejaba la cesión. A lo que Garbarino siempre se negó tajante. «Nuestros abogados consignaron en el juzgado las facturas» referentes a los años 2008, 2009 y 2010. «Su fin desde entonces ha sido echarnos». A este respecto, Garbarino aduce que es consciente de que hay «una empresa grande de fuera que quiere gestionar todos los monumentos eclesiásticos» de la capital, capaz de «poner mucho dinero sobre la mesa», de ahí el interés que ve el empresario en la Iglesia de dejar a su empresa fuera del juego.

Dentro de unos meses, ambas partes tendrán que verse las caras. Garbarino adelantaba ayer a LA VOZ que el 7 de julio habrá un juicio, ya que el Cabildo quiere desahuciarles. Por lo que parece, este es sólo un capítulo más de este litigio iniciado hace dos años. Esperemos que pronto se llegue a un consenso y que el patrimonio gaditano no se vea afectado por este tipo de luchas, como ha ocurrido con la Casa del Obispo.