PAN Y CIRCO

HUELGA EN EL FÚTBOL

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Mientras la selección española viaja a Lituania para jugar un partido más de la fase de clasificación para la Eurocopa 2012 en un campo más propio del fútbol provincial de barro y cantinas, aquí seguimos sin saber si el próximo fin de semana habrá jornada da Liga o no. Presumimos de tener una de las competiciones más potentes, pero la realidad nos sitúa en un contexto totalmente diferente, en el que los diferentes organismos están más preocupados de hacer como que trabajan mucho cuando lo único que producen son dolores de cabeza, tanto a quienes se supone que representan como a aquellos a los que va destinado lo que al fin y al cabo no es ni más ni menos que uno de los mayores productos de consumo de la sociedad actual.

Pensar que siempre vamos a ser los más fuertes, los más listos y los más guapos por el mero hecho de que en los últimos años hemos vivido dentro de una burbuja cuyo agujero ya ha quedado al descubierto y es bastante más gordo de lo que muchos se imaginaban solo nos conduciría irremediablemente a la época de 'calzones', que no calzonas, y extranjeros de medio pelo pululando entre la casta nacional.

Nadie le puede negar a clubes y futbolistas que defiendan sus intereses económicos, por muchos retrasos que se produzcan o porcentajes se queden por el camino en cualquier mesa de negociación, pero amenazar con detener la competición no es una decisión inteligente para sus propios intereses. Alargar el calendario y provocar el malestar en el principal sustento de su status, dice muy poco de las mentes pensantes del fútbol español, que pide a gritos una profunda modernización en las oficinas, más profesionalidad y menos sentimentalismos y bajos instintos. A lo mejor así se esforzarían más en velar por la seguridad física de los mejores jugadores del país y no en promover una rebelión en la granja futbolística que, apuesten ustedes, a que se termina difuminándose conforme avancen las horas. Tic, tac, tic, tac.