La parihuela con el Niño Jesús durante la ceremonia, momentos antes del desfile. :: M. GÓMEZ
CÁDIZ

El Carmen rinde honores al Niño Jesús con una procesión claustral

El acto se celebró tras la misa de la Sabatina para conmemorar la festividad del Dulce Nombre de Jesús

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Vestido de pastor y envuelto en un exorno de hojarasca, pero sobre todo, arropado por la fe y la devoción de la feligresía de la iglesia del Carmen. Así procesionó ayer la imagen del Niño Jesús del Carmen en una procesión claustral intimista y cuajada de detalles solemnes. El acto sirvió para celebrar la festividad del Dulce Nombre de Jesús del pasado día 2 de enero. Una fiesta que la archicofradía del Carmen celebra desde que recogió en sus estatutos en 2008 la necesidad de honrar al Divino Infante con unos cultos. El acto comenzó al filo de las ocho de la tarde con la tradicional misa de la Sabatina. La eucaristía estuvo presidida por el carmelita Fray Carlos Quijano.

El Niño lucía para la ocasión vestido de pastor con un peculiar exorno que recordaba a la iconografía del Divino Infante de la Virgen de la Pastora. En el pequeño montaje de la parihuela no faltaba el árbol y la oveja como simbología de Jesús como pastor de almas. Las pequeñas andas, preparadas por el mayordomo de la cofradía, Juan Zamanillo.

Los acordes del Coro del Carmen fueron los encargados de acompañar tanto la misa como la procesión claustral posterior con un cuidado repertorio de villancicos populares. Un acompañamiento que también realizaron los más pequeños de la cofradía y la parroquia, ataviados con hábitos teresianos. El cortejo discurrió por las naves laterales del templo, deteniéndose en distintos altares hasta completar los seis estaciones que se rezaron entre los villancicos.

De esta forma, la cofradía despidió la Navidad, con «un acto que no es especialmente multitudinario, pero sí íntimo», como reconoció momentos antes de comenzar el hermano mayor de la corporación, José Joaquín León.

La Navidad se escapaba en el templo de la Alameda mientras el Niño Jesús iba deshaciendo su cortejo hasta quedar de nuevo a los pies del Altar Mayor desde el que partió el cortejo. El reloj se acercaba a las 21.30 horas cuando el acto tocó a su fin. Sobre las cabezas de los asistentes, la Señora del Carmen lanzaba su mirada protectora buscando a su hijo. El Niño Jesús regresaba al regazo de su madre, del que se marchó con el inicio de la Navidad para nacer en un portalito de la Iglesia del Carmen.