El comandante de la Guardia Civil muestra el material incautado. :: E. LINDBERG
Ciudadanos

La Guardia Civil retira 60 kilos de petardos en una batida por tiendas

Este operativo, que se repite cada Navidad, vuelve a destapar peligrosas deficiencias como el almacenaje del material junto a estufas

JEREZ. Actualizado: Guardar
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Los petardos no son juegos para niños, aunque ellos sean los principales destinatarios de unos productos cuya distribución está fuertemente regulada, precisamente por la peligrosidad que entraña. Pese a esos riesgos, año tras año la Guardia Civil constata que la concienciación en esta materia está por llegar. Al llegar la Navidad, el Instituto Armado intensifica los controles en comercios que no tienen autorizada ni la venta ni el almacenaje de pirotecnia, sabedores de que llegada esta fecha, la demanda se dispara.

Este año, los agentes han inspeccionado 37 establecimientos de la Bahía, Costa Noroeste y Sierra y el material que han requisado podría componer una falla valenciana: 16.041 artificios entre petardos, cohetes, tracas o minibombetas que se distribuían en locales no autorizados. La mayoría de las tiendas revisadas son bazares regentados por ciudadanos asiáticos, según confirmaron fuentes de la Benemérita. Además de los productos intervenidos, los agentes formularon doce denuncias.

Durante la batida realizada desde el pasado 20, los agentes del Servicio de Intervención de Armas y del Seprona se volvieron a encontrar peligrosas irregularidades como el almacenaje de estos artificios junto a una estufa. No es la primera vez que retiran material peligroso en lugares que no reúnen las condiciones exigidas.

En la provincia solo hay dos establecimientos autorizados para la venta de productos pirotécnicos: Me piro vampiro, en Chiclana; y L y P Fiesta, en Trebujena. Estos negocios están sujetos a numerosas limitaciones. Los estrictos requisitos que deben cumplir para la manipulación y almacenamiento de materiales potencialmente peligrosos influye a la hora de que estos comercios no hayan proliferado como otros establecimientos.

Las restricciones para hacer compatible la distribución de estos productos con la seguridad impiden, por ejemplo, al propietario del comercio compatibilizar estas ventas, que solo puede hacerlas dentro del recinto comercial, con otro tipo de actividades.