Méndez y Fernández Toxo, ayer, en la cabecera de la manifestación convocada por ambos sindicatos en Madrid. :: EFE
Economia

La reforma de las pensiones prende la mecha de otra huelga general

Los grandes sindicatos amenazan con un paro en enero tras anunciar Zapatero que la edad de jubilación se elevará hasta los 67 años

MADRID. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

¿Cuenta atrás para una nueva huelga general? El anuncio del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, de elevar definitivamente la edad de jubilación a los 67 ha terminado de caldear los ánimos de los sindicatos. En el discurso que cerraba la manifestación celebrada este sábado en Madrid contra la política social y laboral del Ejecutivo, el secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, anunció que si Rodríguez Zapatero no da marcha atrás en sus propósitos habrá un nuevo paro nacional en enero.

Desde UGT, Cándido Méndez prefirió ser más prudente y dejó en el aire esa posibilidad. Hace ya varias semanas que las bases de ambas centrales reclaman una «respuesta contundente» al 'rodillo' en forma de decretos y anuncios de actuación unilateral del Gobierno, que ante la presión de los mercados ha optado por seguir adelante con sus planes aún sin contar con el apoyo sindical.

El presidente tampoco ha logrado el respaldo de los principales grupos parlamentarios para reformar el sistema de pensiones, tal y como se contempló este jueves en la subcomisión del Pacto de Toledo, que prefirió no 'mojarse' y dejar la cifra de una eventual elevación de la edad de jubilación en manos del Gobierno. Sin embargo, el jefe del Ejecutivo ha sentenciado que alargará la vida laboral, y que lo hará en el Consejo de Ministros del próximo 28 de enero.

Ese ultimátum ha sido la puntilla en la tensa relación entre Gobierno y sindicatos. «Habrá movilizaciones y una respuesta conjunta de los trabajadores», apuntó Toxo, que situó en enero una nueva huelga general si el Gobierno mantiene sus políticas «antisociales». Méndez evitó ser tan tajante como su homólogo y prometió una «respuesta rápida» en las próximas semanas, pero siempre desde la «unidad sindical». «Cada agrupación tiene sus procedimientos», se justificó.

Con más razón

Para Toxo, las razones que motivaron la huelga general del 29-S «han aumentado». Eso, a pesar del nombramiento de Valeriano Gómez, que participó entonces en la manifestación convocada por los sindicatos contra la reforma laboral del Gobierno, como nuevo ministro de Trabajo. «Le hemos esperado en Cibeles (en alusión al ministro) a ver si llegaba, pero ahora está en el otro lado», ironizó Toxo. El líder de CCOO pidió al Gobierno que no utilice la crisis como coartada para rebajar la calidad del sistema de pensiones, y criticó a Zapatero por gobernar al dictado de la Bolsa y de las 37 empresas que acudieron hace tres semanas al palacio de La Moncloa. «Menos mirar a los mercados y más ganarse la confianza de la gente», subrayó.

Cándido Méndez cargó contra la jubilación 'flexible' a los 67 años, como defiende Zapatero, y aseguró que ese matiz no supone ningún alivio para los trabajadores. Al contrario. «Es la misma diferencia que existe entre asestar un golpe con un palo, que produce magulladuras, o darlo con un látigo, que es flexible, pero produce magulladuras y desgarros», dijo.

Y añadió que el Ejecutivo ha colocado una «línea roja» con la reforma de las pensiones y es al propio Gobierno a quien corresponde retirarla para encontrar un acuerdo parlamentario y social. El líder ugetista quiso destacar el «giro bochornoso y radical» del jefe del Ejecutivo en 2010. A principios de año nos decía que había que controlar a los mercados y exigir responsabilidades; ahora hace pagar el efecto de la crisis a las víctimas y protege a quienes la provocaron», recalcó.

Fernández Toxo citó el último paquete de decretos aprobados por el Ejecutivo, que incluye la supresión de los 426 euros y que pasó desapercibida por caos en los aeropuertos provocado por el boicot de los controladores aéreos. Criticó la reacción del Gobierno de imponer «un estado de excepción» para solucionar un conflicto laboral «mal llevado». Los dos sindicatos volvieron a poner en entredicho la reforma laboral. Destacaron que en los seis primeros meses de vigencia de la nueva ley la tasa de desempleo ha aumentado y la precariedad laboral cada vez es mayor.

Ambos sindicalistas quisieron salir al paso de las críticas que les acusan de hacer oposición al Gobierno y facilitar la llegada del Partido Popular a la Moncloa. «El Ejecutivo, con sus políticas, le está poniendo una mullida alfombra azul a la oposición», apuntó Méndez.

La réplica desde el Gobierno la puso el propio Valeriano Gómez, quien defendió que la reforma que promueve el Ejecutivo «servirá para garantizar la solidez del sistema».