MUNDO

El presidente Obama baja los impuestos a los ricos

Los demócratas apoyan a regañadientes al presidente y avalan con los republicanos en el Senado los recortes fiscales de Bush

NUEVA YORK. Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Uno a uno los demócratas del Senado se cuadraron ayer ante el dictado de la Casa Blanca y aprobaron la extensión de los recortes de impuestos, que ya no son de George W. Bush sino de Barack Obama. Hasta ayer el presidente demócrata no había pasado una ley en esa cámara con tanto margen de apoyo por parte de la oposición: 81 a 19.

Pese a la revuelta que se vivió en el partido cuando se supo que el presidente había pactado con la oposición para subir los impuestos a los ricos, a Obama solo le fallaron 13 demócratas y un independiente, cuyos votos fueron ampliamente compensados por los 37 republicanos.

«Es un logro tremendo», se ufanó el líder demócrata en el Senado Harry Reid. «Tanto si estás de acuerdo con el contenido de la ley o no, todo el mundo entenderá que es uno de los grandes logros que haya hecho, por el bien del pueblo estadounidense, un Congreso con dos partidos divididos ideológicamente».

La batalla aún no está ganada, falta que vote mañana la Cámara de Representantes, donde muchos amenazan con modificar la exención de impuestos a todas las herencias por debajo de 5 millones de dólares por individuo o 10 millones por pareja. Las que pasen de esta cantidad tendrán que gravar un 35% en lugar del 55% que existía antes de la llegada de Bush al poder.

El analista Ray Madoff explicaba ayer en 'The New York Times' que gracias al establecimiento de ese tributo en 1916 EE UU pudo detener la concentración de riqueza. En esas fechas el 1% de la población poseía más de la mitad de todos los recursos pero para 1976 había caído al 20%. Sin embargo, las políticas fiscales de los gobiernos conservadores durante los últimos 35 años -y ahora de Obama- han revertido ese logro de igualdad social que permitió el auge de la clase media. Ahora ese 1% más acaudalado controla más de un tercio, mientras que el 80% de los estadounidenses se reparte el 16% de la riqueza.

Durante la campaña electoral Obama prometió anular las ventajas fiscales sobre ingresos para los ricos, que solo con esta extensión de dos años añadirán 400.000 millones de dólares al déficit. Cuando los republicanos amenazaron con no renovar los recortes para la clase media el presidente cedió facilmente. Más difícil ha sido subir a bordo a su partido.

Pero incluso antes de que el trato esté sellado por las dos cámaras, la oposición ya ha empezado a denunciar al gobierno por agravar el déficit. El bipartidismo se ha atascado en la ley que deberá mantener funcionando el gobierno con un presupuesto de un billón de dólares.