Las corvinas

Que gusta en Cádiz hacerse una foto con una corvina. Cada cierto tiempo sale un pescador con un ejemplar que es casi más alto que él y que ha logrado capturar en singular combate en alta mar. A mi me gusta cuando dicen que la han cogido al “palillo”. Soy mú bruto y de pesca sé poquito. Me imagino el mérito que tiene que ser coger a un bicho de esos a base de darle pinchazos con un mondadientes, que destreza y cuanta paciencia...con lo que a mi me cuesta a veces pinchar una aceituna.

Los pescadores de corvinas, que buen título para una chirigota de El Libi, que diría en un cuplé que él cogía las corvinas más grandes porque le ponía de “casná” pollos asaos del Corralón. Emilio ha vuelto a ser protagonista de un libro, de el Duende de Cádiz 2, que el otro día se presentaba en Diputación. El libro ha estado coordinado por Fernando Pérez Monguió, reciente Premio Andalucía de Periodismo y ha vuelto a contar con Emilio para esta segunda edición de cachondos.

Siento una gran admiración por El Libi. Es de esa clase ya casi perdida en Cádiz que son los rebeldes, los que no se callan, los que siguen diciendo las cosas como las sienten. Para colmo tiene el arte de decirlas con metro noventa, no es alto el gachó, de gracia que siempre tiene guardada en el bolsilllo del pantalón.

Una ciudad que se ha vuelto tan conformista, tan sumisa y que no se inmuta por nada necesita a esta clase de personas, con su punto de irreverencia que siempre va acompañado de cuarto y octavo de buen humor. Gente que diga cosas, que sea capaz de anunciar que no irá a misa hasta que en vez de repartir el cuerpo y la sangre de Cristo, repartan un cundisito con media ración de sangre en tomate.

Jamás olvidaré al Libi vestio de Papa en un Carnaval y espero con muchas ganas su narración de la apertura de Bricor en Jerez, que por lo visto quiere patrocinar una “barnizada” en la Catedral para el próximo Carnaval: Se repartirían a la gente brochas y latas de Titanlux para embarnizar entre todos el palio gigante de Entrecatedrales, que está más blanco que un ukraniano acabaito de llegar a La Caleta.

Emilio, Cádiz necesita que le sigas dando barniz y como los pescadores necesitan hacerse fotos con las corvinas, nosotros necesitamos que nos des todos los días tus brochazos de poca vergüenza. Un abrazo gordo.