EL RAYO VERDE

LA PRIMAVERA DE LOS CRUCEROS

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Llegan en el mejor momento, cuando más se necesitan. Es un nicho de mercado, una vía de negocio y de futuro que no hace más que crecer y a la que no afecta la crisis. Los cruceros marítimos han eclosionado como una oportunidad magnífica para la ciudad de Cádiz y para la provincia que es preciso explotar al máximo, sobre todo porque no nos sobran precisamente sectores económicos en esta parte del mundo. El informe que publicamos el viernes dice bien claro de qué hablamos: nuestro puerto está a punto de jugar la primera división en esta particular liga del turismo y los fletes, por delante de Málaga y Tenerife. Ha recibido 330.000 visitantes el año pasado, un récord absoluto.

Lo mejor es que han venido solos, por el puro atractivo del destino y por la situación geográfica, sin ayudas institucionales, sin infraestructuras en el muelle, aunque luego se hayan puesto en marcha los planes correspondientes, lo que viene a confirmar esa previsión de futuro. Ya sabemos que todo lo subsidiado termina fatal. Ahora hay que abordar las expectativas con valentía e inteligencia. Así, hay que pensar que el entorno ayuda y no al contrario. Sevilla, Jerez, los pueblos blancos, son atractivos añadidos. Este es uno de los tópicos que hay que abandonar ya, aparte de que según Rafael Barra, presidente de la APBC, el 70% de los cruceristas se queda en Cádiz.

La sola escala del barco es un buen negocio para el puerto, beneficia a la autoridad portuaria, a las empresas auxiliares, los suministradores de los barcos... «Es una visión muy paleta y corta de miras la de los que dicen que los 'cruceristas miran y pasean mucho, pero compran poco'. El sólo hecho de que estén en Cádiz ya es, de por sí, un valor que puede causar un beneficio económico ulterior a medio plazo», me explica Juan Luis Pulido, catedrático de Mercantil, experto en Derecho Marítimo, que siempre creyó en la solución cruceros para el futuro de la ciudad. La escala vale, pero si es puerto base, mejor. Además, está el beneficio para la hostelería, el comercio y el sector turístico gaditanos. Los intentos hechos hasta ahora han pecado de provisionalidad o de escasa consistencia. No se puede esperar que sólo por mantener abiertas las tiendas a mediodía las ventas vayan a subir, entre otras cosas porque hay cruceros de cinco, cuatro, tres estrellas; hay «todo incluido» en los que nadie se gasta un euro y otros lujosos que llenan El Faro. Es preciso actuar con los operadores para conseguir que las ofertas de la ciudad lleguen a los pasajeros y les sean atractivas y accesibles. Pero también cada uno tiene que espabilarse para captar al turista y no esperar que se lo lleven a la puerta de la mano. Hay que ir a por todas. No a todas las ciudades les entran por las puertas cada año 330.000 personas dispuestas a gastar, en busca de ocio y deseosas de admirar sus encantos, además en un tiempo muy concentrado.

En vez de «la primavera de los galeones» de que habló Fernando Quiñones nos llega «la primavera de los cruceros». Hemos descubierto un filón para el futuro. No lo despreciemos ni lo agotemos con malas prácticas.

www.blogsdecadiz.com/elrayoverde