El pañuelo

Este socorrido y antiguo artículo cada vez tiene menos uso, pues lo ha desplazado el moderno Klenex, pero el pañuelo debe de tener en nuestras vidas un lugar importante pues lo hemos utilizado muchas veces, unas para limpiarnos la nariz, otras para secarnos el sudor y también para las despedidas en los andenes del ferrocarril. También ha tenido, y tiene aún, un triste uso, y es para enjugar nuestras lágrimas. En estos tiempos de crisis con más frecuencia de las que debiera. Ahora, al no tener pañuelo, nuestras lágrimas nos las secamos con la manga de la chaqueta, y al existir muchas familias en el paro, lo más probable es que haya una sola chaqueta, que se la pasarán de uno a otro para limpiarse los ojos. Otro uso más festivo es para pedir los trofeos en las corridas de toros, pero desde ahora en Cataluña ya no los van a necesitar. En otro tiempo, los hombres lo llevábamos en el bolsillo superior de la chaqueta, costumbre que también se ha perdido. ¡Qué final tan triste ha tenido el pañuelo! Le acompaño en su sentimiento y aguantaré mis lágrimas, ya que no tengo ni pañuelo ni chaqueta.