La excelencia turística también nace en el aula

La habitación luce impecable. Casi se huele el lustre. Ese olor a limpio que no encuentra competencia en ningún ambientador. La simetría de las colchas no ha lugar a ni una sola arruga y las toallas, con blancura de anuncio, piden secar una relajante ducha... con esos jaboncitos que casi da pena estrenar. Para los que viajar es un placer no vinculado al trabajo, el encuentro con la habitación del hotel siempre es una agradable experiencia... sólo comparable al dulce reencuentro con la estancia impecable, tras una jornada de turismo.

Pero ese misterio ejecutado de forma automática, reglada y eficaz también requiere una preparación. Aunque parezca insólito, también hay que estudiar para ser camarero de hotel. No en vano, la calidad que requieren los servicios en una provincia que tiene en el sector turístico una de sus principales fuentes de ingresos, no sólo tiende a progresar adecuadamente, sino a alcanzar la excelencia. Por eso la formación profesional también cubre este ámbito mediante sus ciclos de grado medio en Gestión de Alojamientos Turísticos, y de Agencias de Viajes y Eventos. «Lo estudio porque me gusta y porque es el futuro». Daniel, de 28 años, quiere encontrar su hueco en el mercado laboral. «He trabajado fuera, en Inglaterra. Y me he dado cuenta de lo importante que son los idiomas. Aquí y en cualquier parte».

Porque además de arreglar habitaciones, los alumnos también aprenden inglés, francés, protocolo, marketing, dirección de empresas, organización de eventos, relaciones públicas... Todo lo necesario para trabajar de cara al turista: desde la venta de viajes hasta la atención en la recepción de un hotel. «También hay que tener otras cualidades que no se aprenden, como el don de gentes, ser sociable...».

El idioma es la llave

«Los que viajan se dan cuenta de la importancia de los idiomas». Encarna Ruiz es la profesora de Inglés en estos dos ciclos que son bilingües. «Es un nivel avanzado y la mayoría están muy concienciados de que los idiomas son la llave para acceder a muchos puestos de trabajo». Este es el objetivo que persigue la mayoría de alumnos en el centro portuense, aunque varios confiesan que les gustaría acceder a carreras universitarias como Relaciones Públicas -una disciplina sin la que ya no trabaja casi ninguna gran empresa-, o ampliar su formación con otros estudios superiores relacionados, por ejemplo, con el ámbito del protocolo. Es el caso de Ignacio, de 22 años. «Creo que abre muchas puertas. Aunque parezca algo sin importancia, saber cuáles son las normas de protocolo, de saber estar, la forma de mostrarte ante la gente...». Tal es su importancia que es una de las asignaturas comunes para ambos ciclos durante el primer año. Estructura del turismo en Andalucía es otra de las enseñanzas impepinables para todos aquellos que aspiren a trabajar en el sector turístico de la provincia. «Tienen que conocer el mercado turístico, la oferta y la demanda, cómo funciona la planta hotelera andaluza...». Pelayo Ruiz, profesor de Recepción y Recursos Turísticos, destaca que otro importante pilar es el conocimiento del patrimonio histórico artístico de la región. «Han de tener un poco de cultura general sobre los monumentos, museos y rincones de la ciudad. No pueden toparse con un turista que les pregunte algo... y quedarse en blanco. En esos pequeños detalles se logra esa excelencia a la que debe aspirar en sector en nuestra región». Emi, Blanca y Marta, se afanan en aprender el funcionamiento de las máquinas planchadoras. En el Muñoz Seca, además de una habitación simulada y una recepción, también se ha instalado una lavandería con la dotación propia de un establecimiento hotelero. Similar a los que ellas mismas pisarán dentro de poco, cuando realicen sus prácticas en las empresas con las que existen convenios de colaboración para que completen su formación en centros de trabajo. Pero eso será en febrero, con el inicio de la temporada...