:: CEDIDAS/ ROBERTO SÁNCHEZ
Jerez

Medio siglo enseñando a todo un barrio

El centro escolar concertado, que nació para que las niñas de la zona pudieran aprender, atiende hoy a 355 alumnos El Colegio Jesús-María La Asunción conmemora este curso su 50 aniversario recordando cómo empezó todo

JEREZ. Actualizado: Guardar
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El 18 de junio de 1961 todo un barrio cumplía un sueño: la apertura de su colegio. Hasta los vecinos habían puesto ladrillos y mezclado el cemento para que las niñas de La Asunción tuvieran pronto un sitio donde pudieran aprender. Cincuenta años después, el Colegio Jesús-María La Asunción sigue dando respuesta a la demanda de su entorno y este curso, además, celebra su medio siglo de vida.

La historia del centro concertado comenzó unos años antes, cuando las religiosas de Jesús-María fundaron El Cuco en 1948. Conocedoras de las carencias de escolarización que sufrían algunas zonas de Jerez, decidieron crear una nueva escuela allá donde más se necesitara. Aquel sitio fue La Asunción. Dos pisos de la barriada fueron la primera sede del centro en 1954, conocida popularmente como 'la escuelita'. Sólo en un año, las 75 alumnas se convirtieron en 198.

«Cumplir 50 años es un motivo de satisfacción para todos. Más que para los que estamos aquí ahora, es un reconocimiento a los que tuvieron la visión de que hacía falta un colegio», aseguró el director del colegio, Cristóbal Díaz. «Este centro es el esfuerzo de muchos padres, de religiosas y de vecinos», insistió.

Organizar una institución que tiene ya medio siglo de vida a sus espaldas supone un desafío para toda la comunidad educativa: «Si hemos llegado hasta aquí, tenemos que seguir dando respuesta a las nuevas generaciones de alumnos, siempre dentro de nuestro estilo educativo».

Pioneros en la integración

Entre otras muchas características que definen al colegio Jesús-María La Asunción hay una clave: la integración. Tras muchos años de trabajo, sigue siendo un centro educativo pionero en la inclusión de alumnos con necesidades educativas especiales, sobre todo, con Síndrome de Down. De hecho, fue de los primeros colegios de la ciudad que incorporó el programa de monitores de enlace, junto con la asociación Cedown. «Esta integración es positiva tanto para los alumnos con necesidades especiales como para los demás. Todos ganan». También colaboran con otras entidades locales como Upace o la ONCE.

Tal y como hizo la fundadora en su época, la madre San Leopoldo (Carmen Milá), el centro adopta todas las innovaciones de su tiempo. «Las nuevas tecnologías son una apuesta de futuro y no podemos darle la espalda», aseguró Díaz, que suponen «un cambio en la práctica docente y en la dinámica de clase». También desarrollan para sus 355 estudiantes de Infantil, Primaria y Secundaria programas de seguimiento del alumnado, animación a la lectura, teatro y otros muchos talleres y actividades.

La pastoral -como colegio religioso que es- y la participación de los padres es otra de las prioridades del colegio: «Desde el colegio intentamos darle prioridad a la atención a los padres de los alumnos en las entrevistas y cada profesor tiene una hora todos los lunes para cualquier consulta».