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Los jóvenes toman la playa de La Victoria frente a las familias, menos que otros años

Los jóvenes toman la playa de La Victoria frente a las familias, menos que otros años

CÁDIZ. Actualizado: Guardar
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Las playas se han convertido a estas horas de la noche en un auténtico botellódromo, que en esta edición ha ganado la partida a las brasas. La coincidencia de la fiesta de las barbacoas en domingo ha provocado una menor afluencia de público y un ambiente más juvenil, que desde hace ya varias horas se ha adueñado de las zonas habilitadas para la celebración.

Los vigilantes de seguridad privada se han encargado de evitar la bajada de enseres a la playa, mientras que la Policía Local está velando por la seguridad de los miles de asistentes. Fuentes de Proetcción Civil, confirmaron que hasta las diez de la noche la afluencia es menor que en la edición anterior y puntualizaron que hasta ahora tan sólo han tenido que intervenir a una persona que sufría una intoxicación etílica.

El destino se ha conjurado para ponérselo difícil. Esta noche, una combinación natural y humana se ha puesto de acuerdo para darle el estoque a una fiesta que en los últimos años ha iniciado una caída en picado. Al control que las instituciones públicas ya aplican a las barbacoas del Carranza, se suma este año los impedimentos naturales. El Levante promete rebozar la comida a la brasa y la pleamar de las 3 de la mañana hostigará a los que se decidan por plantar su barbacoa en la arena de La Victoria. Tal es el fuerte viento que se espera hoy, que el Ayuntamiento ayer desconocía si se iban a poder lanzar los tradicionales fuegos artificiales. Y si a eso se suma que el evento se celebra hoy domingo, la asistencia se complica aún más.

Porque los impedimentos naturales se sumarán a los tradicionales establecidos por el Ayuntamiento y la Demarcación de Costas. Ambas instituciones velarán por la seguridad y el respeto a las normas de la que está considerada como una de las mejores playas de Europa. El pasado viernes, el Consistorio presentó el dispositivo conjunto en el que no se deja ni un aspecto al azar.

Un comienzo ordenado

Aquel que se decante por pasar una noche al calor de las brasas deberá saber que este año se reduce en un módulo la zona habilitada para las barbacoas. Será desde el módulo 1 al 4 de la playa de La Victoria, además de la zona habilitada en La Caleta. En total 1,5 kilómetros de arena (desde el cementerio a la calle Neptuno) que estará vigilada por un dispositivo especial que se encargará del desembarco de las primeras horas.

El control comenzará a partir de las cinco de la tarde. A esa hora está previsto que empiece el trabajo de 36 guardias jurados de la empresa de seguridad privada Serramar, cada uno de ellos se situará en los accesos de la playa hasta las cuatro de la mañana. Durante ese tiempo se encargarán de controlar la llegada de gaditanos y velarán por los equipamientos de La Victoria. Prestarán especial cuidado para que no se desmonten las calles de pailas y el buen uso de las duchas, fuentes, bebederos, papeleras y demás mobiliario. Los vigilantes, que trabajarán un total de 396 horas, velarán además por que la arena no se convierta en lugar de destino de muebles y enseres del hogar, tales como sofás, sillas, televisores o carritos. Además, estará prohibido parcelar la playa para guardar sitio.

De la cara amable de este trabajo se encargará, además, un grupo de voluntarios que durante la tarde hoy recorrerán las playas para recordar a los presentes las normas a seguir. Y para ayudarse en su mensaje -reforzado por cartelería y cuñas en la megafonía- repartirán camisetas y un total de 10.000 bolsas de basura.

La seguridad es la clave

El gran despliegue será para la seguridad. Policías locales, autonómicos y nacionales y guardias civiles se encargarán de que no se amargue la fiesta. El módulo central de La Victoria -que estará abierto durante toda la noche- será el centro neurálgico de más de 80 agentes locales que patrullarán la playa y el Paseo. El servicio se compondrá de dos turnos de 39 agentes y 3 mandos. Su labor se centrará en poner veto a las conductas incívicas y apoyar las labores del Grupo Charly y de los efectivos nacionales. Al cuerpo local también le corresponderá la tarea de cortar al tráfico del Paseo si éste se hace incompatible con el tránsito peatonal.

Por su parte, Protección Civil destacará cinco ambulancias con sus correspondientes dotaciones y un enfermero en cada una. A ellos, se sumarán los botiquines del módulo central e Isecotel.

Aunque los voluntarios y guardias pondrán cuidado en su trabajo de informar y vigilar, una vez se desaloje a los más persistentes comenzará el trabajo de los operarios de la limpieza. A las 6 de la mañana -la misma hora en la que las fuerzas de seguridad efectuarán el desalojo-, empezarán su trabajo los 200 empleados municipales. Por si no fuera suficiente con los bidones extras, el reparto de bolsas y el emplazamiento de 80 recipientes de 'solo carbón', los operarios recogerán toneladas de basura en turnos de 6 a 13 y de 15 a 21 horas. Los operarios municipales se encargarán de la suciedad de las barbacoas y la Demarcación de Costas hará lo propio en las zonas no habilitadas para ello. El objetivo: dejar la playa como si no hubiese pasado nada. Como si las finas arenas de La Victoria no hubieran sido testigo de una fiesta que se apaga a la misma velocidad en la que mañana se quedará la playa en perfecto estado de revista.