El proyecto turístico de Trafalgar encara los últimos trámites para la apertura de hoteles

La comarca de La Janda no quiere perder el tren de las inversiones turísticas por culpa del papeleo. Vejer y Barbate se han convertido en epicentro de los proyectos hoteleros más ambiciosos de la costa gaditana y sus alcaldes agilizan al máximo los trámites urbanísticos para evitar la fuga de los empresarios a otras localidades menos restrictivas.

La aprobación el pasado junio de los planes de ordenación del territorio (POT) tanto de La Janda como de la Costa Noroeste han definido las nuevas áreas de desarrollo en ambas zonas del litoral y detallan las actuaciones en la finca de la Mangueta (Vejer) o en El Bujar (Barbate). El nuevo POT regula la construcción al borde del mar. El documento reserva 270 hectáreas en Mangueta para un máximo de 900 plazas hoteleras y 400 unifamiliares; y hace lo mismo con 240 hectáreas en El Bujar para ocio y turismo.

Sin embargo, ambos municipios cuentan por separado con varios proyectos de calado vinculados directamente con la implantación de hoteles, que son anteriores a la aprobación del POT. Son inversiones polémicas debido a su impacto visual pero, finalmente, las exigencias de la Administración han terminado por rebajar la densidad de edificación.

Actuaciones polémicas

En este contexto se encuentra el proyecto que defiende el grupo Targe en El Palmar (Vejer), que prevé la construcción en 27 hectáreas de un hotel y dos apartahoteles para cubrir 650 plazas. Esta inversión ha suscitado un rechazo social que ha tenido su máxima representación en Internet. El proyecto cuenta con todas las bendiciones y sólo falta la ratificación de por parte de la Junta para su puesta en marcha.

En segunda posición de la carrera se encuentra el proyecto hotelero de Trafalgar, que va un escalón por debajo al de El Palmar. La apertura de hoteles en este punto estratégico de la costa de Barbate se remonta a 2003, cuando dos gigantes del turismo internacional, Hipotels y Tui, pusieron sus ojos en este enclave. Desde entonces, el proyecto ha ido superando obstáculos. Las restricciones impuestas por la Administración regional nunca convencieron a los inversores. El primero en abandonar su interés por Trafalgar fue la cadena Hipotels, que optó finalmente por trasladar en 2006 a Conil la construcción de un complejo de cuatro estrellas. Igualmente y ante la imposibilidad de sacar adelante su inversión en Trafalgar se llevó a México su segundo hotel. La Junta había reducido la superficie edificable en la zona pasando de 145.000 metros cuadrados a 37.000. Las cuentas no salían para Hipotels. Se trataba de una parcela muy pequeña para su filosofía de hotel.

Mientras tanto, el touroperador Tui esperaba acontecimientos. La pastilla está catalogada para la construcción de dos hoteles y 400 habitaciones a algo más de 500 metros de la línea de playa.

El alcalde de Barbate, el socialista Rafael Quirós, trata ahora de agilizar el proceso y ganar tiempo para ofrecer la parcela a los inversores. Quirós ha mantenido reuniones con la Delegación Provincial de Obras Públicas para acelerar las gestiones. Fuentes de la Delegación señalaron a LA VOZ que la parcela de Trafalgar ya cuenta con la calificación de equipamiento hotelero, pero el Ayuntamiento debe corregir una serie de requisitos para aprobar la modificación puntual en su plan urbano y permitir así el desarrollo del plan parcial. El concejal de Urbanismo, Antonio Domínguez, señala que esta tramitación puede acabar en un año.

Representantes de Tui, el operador alemán, reconocieron a este periódico que su interés ahora por Trafalgar es menor que hace cinco años. La parcela en cuestión está en manos de particulares y resulta muy complicado llegar a un acuerdo con ellos para su compra. Ante esta situación, el jefe de Producto de Tui, Volker Brech, adelanta que la intención de la compañía era montar en Trafalgar el Club Robinson de Tui, un resort de lujo. Sin embargo, la iniciativa se ha enfriado. Este ejecutivo avanza que el interés por esta inversión puede resucitar si el trámite se agiliza y los propietarios llegan pronto a un acuerdo de venta.