Medel y Pulido, dos hombres y un destino

Sobre el tablero andaluz de las finanzas está a punto de realizarse una jugada decisiva. Unicaja y Cajasol han abordado un proceso para unirse. El objetivo de la partida es ganar una gran caja, el tantas veces frustrado proyecto de los sucesivos gobiernos andaluces. Pero como en el ajedrez, esta partida tiene varias posibilidades.La unión resultante puede ser un sistema institucional de protección (sip) o una integración total. Pero también cabe la posibilidad de que la partida quede en tablas. Dos hombres, los presidentes de las citadas cajas, Braulio Medel y Antonio Pulido, expertos en fusiones, son los encargados de mover ficha. Sobre ellos recae el peso de un proyecto de gran expectación en Andalucía. No hay que perder de vista que, de materializarse, esta futura caja se convertiría en el cuatro grupo de España, con 84.124 millones de euros en volumen de activos, sumando CajaSur si finalmente se la queda una de las dos.

¿Pero cómo son estos dos banqueros y qué relación hay entre ellos? Se sabe que Medel es aficionado al ajedrez, un juego que le distrae de las preocupaciones. Pulido encuentra mayor evasión en las motos, en concreto en una Triumph de gran cilindrada, con la que se pierde en cuanto puede. Dos gustos que delatan dos personalidades distintas, una persona concienzuda frente a otra expansiva. Se diría nada más verles que son como la noche y el día. Hay además una diferencia de edad, casi veinte años. Sin embargo, en la biografía de ambos hay puntos de coincidencia sorprendentes, además de la predilección por los números.

Est afán les hizo estudiar la misma carrera, Economía y Empresariales, y doctorarse en ella, Medel en Madrid y Pulido en Sevilla. La docencia forma también parte de sus itinerarios. Braulio Medel es catedrático de Hacienda Pública y Derecho Fiscal y Pulido ha sido profesor de Economía en la Universidad Pablo Olavide y antes sacó plaza de profesor en un instituto. Medel ha sido presidente del Consejo Andaluz de Colegios de Economistas y Pulido lo es ahora. Los dos han tenido responsabilidades políticas en la Junta antes de enfrascarse en la gestión de las cajas de ahorro.

Son puntos de coincidencia en el terreno profesional, pero no sólo en este. En el ámbito personal es curioso que ambos procedan de círculos familiares parecidos. Los dos son hijos de un padre comerciante de tejidos en sendos pueblos de la campiña andaluza.

Hijo predilecto de Marchena

Si alguien pregunta a Braulio Medel si es sevillano, contesta diplomáticamente que es marchenero a sabiendas de las suspicacias de Málaga hacia la capital andaluza. En Marchena es ya una personalidad histórica, como quedó patente cuando fue nombrado hijo predilecto en junio pasado. Entonces, Medel, un hombre que suele hablar poco de si mismo, contó cómo aprendió el oficio desde niño, desde que cobraba las facturas de la tienda de ropa de su padre. A Pulido le pasó tres cuartos igual, además de tener una madre maestra que le vigilaba los deberes. Pero lo suyo era organizar: viajes de fin de curso y eventos, en el colegio y luego en las Juventudes Socialistas. El fútbol, como a la mayoría de los chavales de pueblo y ciudad, es otro punto de enlace. Pulido destacó como jugador en el equipo de Castro del Río y llevó la pasión por el fútbol cuando a los 18 años se marchó a Sevilla para estudiar la carrera. Se hizo forofo del Betis. Tres décadas antes, un Braulio Medel de diez años interno en el colegio Claret de Sevilla, sólo tenía que cruzar la calle para ver jugar al mismo equipo. Hacerse bético fue fácil, pero mantener esta fidelidad pese a vivir casi toda su vida en Málaga es meritorio. Medel, que también se dice hincha del Atlético de Madrid desde su etapa universitaria, lo arregla con su habitual sagacidad diciendo que es aficionado a tres equipos con vestimenta de rayas: Betis, Málaga y el Atlético. También Pulido confiesa afición por un equipo de la capital del reino, el Real Madrid.

Curiosamente, ambos entran en el mundo de las finanzas de rebote y tras pasar por puestos de gestión de la Junta de Andalucía. Medel fue director de la Oficina de Planificación del primer gobierno de Escuredo y luego viceconsejero de Economía con Julio Rodríguez y José Miguel Salinas. En aquellos primeros años ochenta coincide en la Junta con otro viceconsejero, Pepe Griñán, primero de Trabajo y luego de Salud. Desde entonces les une cierta amistad. Cercanos a Medel describen como cordiales las relaciones del presidente de Unicaja con Manuel Chaves, pero inciden en que con Griñán siempre hubo un grado de confianza mayor, pergueñado en el tiempo en que los dos fueron viceconsejeros. También es conocida su amistad con la que fuera ministra de Fomento y consejera de Economía, Magdalena Álvarez, que fue alumna suya, lo mismo que el actual titular de Economía, Antonio Ávila.

Antonio Pulido fue un jovencísimo jefe de gabinete del consejero de Educación Antonio Pascual. Sólo estuvo dos años con él (1988-1990), ya que pronto se sacó las oposiciones como profesor de instituto. Sin embargo, Pascual, hombre de gran influencia en el Gobierno andaluz, avaló siempre a Pulido, en quien veía un gestor con proyección, hasta el punto de que en algunos ambientes le conocían por el ‘niño de Pascual’.

Fulgurante carrera

En 2001, Antonio Pulido es nombrado director gerente de Inturjoven, donde realizó una labor que aun se recuerda, sacando a lucir sus dotes de organizador y mejorando la red de albergues juveniles. Desde Inturjoven entra a formar parte del consejo de administración de El Monte, una caja en proceso de fusionarse con San Fernando y en plena crisis de dirección en 2006, cuando Pulido es nombrado presidente de esta entidad. Cercanos a Pulido reconocen que en su fulgurante carrera ha influido el «estar en el sitio adecuado en el momento preciso». Fallecido en 2004 Alfredo Pérez Cano, presidente de la Caja San Fernando y en quien Chaves había pensado como presidente de la caja resultante de la fusión de las sevillanas, comenzaron a ver en el inquieto y dinámico Pulido una posibilidad. Así fue, materializada la fusión en 2007, Pulido fue nombrado presidente de Cajasol.

Muchos reconocen entre sus aciertos haberse rodeado de un equipo joven, ambicioso pero con ganas de hacer cosas, para haber mejorado los números de Cajasol en poco tiempo, además de aligerar el lastre de las inversiones inmobiliarias y modernizado la entidad. En ese equipo destaca Lorenzo Cepas, quien camina junto a Pulido desde Inturjoven y también estuvo en El Monte. Varios de los colaboradores de Pulido le acompañan desde su etapa de Inturjoven. Entre quienes miran de forma más crítica su trabajo, subrayan cierta inconsistencia como gestor financiero que achacan a la ligereza con la que aborda temas en un mundo en el que hay que andar con pies de plomo, también le reprochan demasiado afán de protagonismo. Pero en el PSOE confían en él para la empresa que tiene encomendada, llevar a buen puerto su fusión con Unicaja. Hasta ahora la mayoría de los presidentes de las cajas sevillanas recelaban de este proyecto.

Sintonía

Al presidente de Cajasol se le reconoce una buena sintonía con el nuevo equipo del PSOE que lidera Rafael Velasco. Aunque es de un pueblo de Córdoba como Velasco, la relación de ambos es posterior a su nombramiento como directivo de la sevillana. Aún así, la manera de ver las cosas del presidente de Cajasol encaja bien con las de Velasco. Esto ha alimentado la idea en algunos ambientes de que podría dirigir el destino de la nueva caja resultante al ver a Medel cerca de la jubilación. Porque no puede olvidarse que al final de la gran partida que jugarán a partir de ahora Pulido y Medel está el sillón de presidente de la futura entidad.

En esta pugna, Pulido representa al perfil joven, campechano y dinámico y, pese a su escasa experiencia, lleva ya en cartera dos fusiones, la de las sevillanas y la reciente de esta con Caja Guadalajara. En frente, Braulio Medel es la voz de la experiencia y la solvencia.Y una cualidad en la que todos coinciden: su inteligencia, que le ha servido para mantenerse como una autoridad en el ámbito financiero durante más de dos décadas. Desde que con tan sólo 40 años es nombrado presidente de la Caja de Ronda y desde la ciudad de El Tajo lidera la primera gran fusión en Andalucía, la que uniría a las cajas de Málaga, Cádiz, Almería, Antequera y la citada Ronda en 1991.

Desde entonces dirige esta caja convirtiéndola en una de las más saneadas de España. En este logro ha valido la fidelidad de un equipo durante años y que Unicaja se mantuviera apartada del ladrillo. Un propósito fruto del empeño personal de Medel, que demuestra su buen olfato para los negocios. Presidente de la CECA durante varios años, a Medel se le atribuye un espíritu reflexivo y perseverante, pero sobre todo su capacidad negociadora. Es conocida su máxima de que todo debe salir pactado de los consejos de administración. De tal modo que ha logrado prestigio profesional en los partidos, incluido el PP, que impulsó su última reelección. Pese a que ya le hubiera tocado dejar la presidencia, modificaciones de la ley andaluza unido a la fusión con Caja de Jaén le mantienen al frente de Unicaja.

Y es que para el Gobierno de Griñán, Medel es pieza clave en el proceso que se avecina por su experiencia y porque ha sido uno de los grandes defensores de la gran caja andaluza. Todo ello pese al cierto malestar que ha causado que no apostase por la propuesta conjunta en la puja de CajaSur. El fracaso de la fusión con esta y la de Castilla La Mancha le dejaron un poco tocado, pero sigue viéndosele como al gran financiero andaluz.

Parco en palabras, distante y esquivo con la prensa, es conocida sin embargo su elegante socarronería en círculos privados. Le gusta el teatro y la poesía de Machado, además de la ópera, los toros y practica el tenis y el ‘footing’. Algo en lo que también coincide con Antonio Pulido, que además de coleccionar relojes y plumas le gusta la ópera y ha empezado a aficionarse al baloncesto. En esto chocará con Medel, ya que sus respectivos equipos cajistas son rivales. Una rivalidad que no se debe sólo al baloncesto y que ambos mantienen con buenas formas. Los dos están llamados a entenderse, pero nadie cercano obvia que son dos maneras de ver las cosas y que defienden cajas muy distintas. La tensión entre ambos se da por hecho.