La directiva del CV Puerto Real paga la primera parte de la inscripción en la liga

La crisis no da tregua. El CV Puerto Real sigue inmerso en una lucha de la que aún desconoce si podrá salir victorioso. De momento ha logrado prolongar su agonía hasta finales de este mes de junio. Ése es el tiempo que tiene el equipo verdiblanco para conseguir el respaldo económico que le hace falta para afrontar la temporada en la Superliga Masculina.

La entidad que preside ahora Juan Busto necesita nada menos que unos 300.000 euros. Ayer se cumplía un primer plazo y el equipo puertorrealeño hacía las gestiones para aportar 7.000 euros necesarios para abonar una primera parte de la inscripción. La propia directiva ha sido la que ha tenido que reunir esa cantidad ya que los contactos mantenidos en los últimos días no han tenido sus frutos. El caso es que dentro de dos semanas tiene que presentar un aval de 26.000 euros además de tener asegurado el presupuesto que le hace falta para la temporada.

La situación se complica para el único equipo de la provincia que milita en la máxima categoría nacional. Si hace unos días Juan Busto se mostraba esperanzado, ahora reconoce que hay demasiadas dificultades que hacen peligrar el futuro del equipo. «No se han interesado por lo que pasa con el club. Esperamos ya la próxima semana reunirnos con Diputación, con Cajasol.... pero el tiempo pasa y llevamos ya intentándolo mucho tiempo. Se mantienen reuniones con empresas privadas pero nadie da el paso definitivo, nadie pone el dinero y la verdad es que es una pena y por eso estamos un poco decepcionados».

Sólo la ayuda económica de las entidades puede salvar al Puerto Real de tener que pasar por un momento que marcaría un antes y un después en el club: vender la plaza del equipo. Si esto sucediera la entidad no desaparecería pero sólo se mantendrían los equipos base ya habría que arrancar desde abajo y las posibilidades de regresar a lo más alto serían nulas.

Busto cuenta los días y mantiene cierto optimismo aunque él mismo apunta que esto es como «nadar para morir en la orilla».