Casillas está dolido y medita marcharse del Real Madrid

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Iker Casillas, suplente de Keylor Navas por primera vez esta temporada frente al Elche, se perfila como titular en Villarreal pero ya no se sabe a ciencia cierta lo que ocurrirá el resto del curso, a pesar de que Carlo Ancelotti le dijo este verano que sería su primer portero. El último rumor, adelantado el martes por la noche en la Cope, apunta a la posibilidad de que el madrileño juegue los partidos fuera de casa y descanse en los que se celebran en el Santiago Bernabéu. Sería una solución extraña, y más después de que el técnico italiano asegurase tras el choque frente el equipo de Fran Escribá que no ha puesto al capitán en el punto de mira y que nada tienen que ver en sus decisiones los silbidos de la afición.

Lejos de arreglarse su situación tras la salida de Diego López, el portero preferido por Ancelotti, el panorama se le complica a Iker Casillas, que se siente humillado por un amplio sector de la afición que le abuchea después de quince temporadas en las que completa un palmarés extraordinario con su club y la selección española. Quienes bien le conocen aseguran que se siente mal a pesar de que el entrenador habló con él, le anunció la titularidad este curso y le dejó entrever que, a tenor de los resultados y de los títulos conseguidos en Champions y en la Copa del Rey, el año pasado se equivocó al no brindarle minutos en Liga.

Aunque Florentino Pérez ha apelado a la unión del madridismo y lanzó públicamente un mensaje a favor de Casillas en la asamblea de socios del pasado domingo, donde pidió más respeto para al «mejor portero en la historia del club», Iker no siente el pleno respaldo del club. Al portero no le gustó que le homenajeasen casi de tapadillo por sus tres lustros en el Real Madrid. El presidente no organizó ningún acto oficial para obsequiarle con una réplica de La Cibeles y se la entregó dentro del vestuario tras el partido ante el Basilea.

A día de hoy, Casillas ha comprendido que su situación no tiene marcha atrás, que parte de la afición no le quiere y que lo mejor es marcharse al término de la próxima temporada o en invierno. Pudo salir del club tras marcharse José Mourinho y llegar Ancelotti en el verano de 2013, pero pensó que todo cambiaría sin el técnico portugués. El fichaje de Keylor Navas, quien también le defendió al afirmar que «los que pitan a Casillas son infieles al Real Madrid», tampoco le gustó. El bendito problema de Iker es que tiene contrato hasta 2017 y percibe ocho millones al año, unos emolumentos ahora por encima de mercado.