Godín golpea el balón para marcar el primer gol atlético. / Efe
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El Atlético mantiene el ritmo en la Copa

Decidió en tres saques de esquina una eliminatoria equilibrada en la que los porteros marcaron las diferencias

MADRID Actualizado: Guardar
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La estrategia y los porteros decidieron una eliminatoria equilibrada, con más toque y dominio del Valencia y mejor manejo de las áreas y contundencia del Atlético, que marcó sus tres goles en saques de esquina. En un deporte colectivo no se debe personalizar, pero seguro que Guaita se siente culpable. Falló en la ida, ya que se la regaló con un despeje defectuoso a Raúl García, a la salida de un córner, y volvió a errar de forma decisiva en la vuelta. Fue un córner dudoso pero luego se tragó el centro de Gabi y, Godín, mal defendido por Barragán, cabeceó para marcar un gol clave. Enfrente, Courtois se las arregló para abortar las ocasiones visitantes. No tuvo que lucirse tanto como en Mestalla, pero se mostró infranqueable.

Ha crecido sobremanera este Valencia de Pizzi, que actuó bajo la atenta mirada de Peter Lim, ese magnate de Singapur que pretende comprar el club y dice tener 50 millones para gastarse en el mercado invernal, pero no le llegó para meterle mano a este Atlético cuajado, portentoso en lo físico y legítimo aspirante a todo. Sufre para ganar, ya que no dispone de las individualidades de los poderosos, pero la solidaridad refuerza a un bloque soberbio, inexpugnable este curso en el Calderón y derrotado lejos de casa sólo por el Espanyol.

Se suceden los duelos, algunos de tanta exigencia física y mental como ese Atlético-Barça del sábado, pero nada de reservarse en la Copa. Simeone y Pizzi salieron con lo mejor. Apenas un par de cambios en los rojiblancos sobre su once tipo, ya que se estrenó Sosa en lugar de Koke y Raúl García comenzó en lugar de un desgastado Villa. Las bajas de Jonas, por sanción, y de Víctor Ruiz, lesionado, lastraban a los valencianos, rápidos y versátiles con jugadores como Feghouli y el argentino Fede, todavía inmaduro.

Sosa deja dudas

Tiene crédito de sobra el Cholo para exigir fichar a algún recomendado, pero el ‘Principito’ sembró algunas dudas en su debú. Tiene dinamismo, es rápido, directo, corajudo y se desenvuelve sin extrañeza en varias posiciones, virtudes que agradan a su técnico y caracterizan a este Atlético, pero a balón parado no ejerció con la maestría de Koke, o de Gabi, y no es un dechado de técnica. Centró mejor en movimiento que en parado. Y perdió varios balones que posibilitaron contras del Valencia. Aunque conoce al dedillo los métodos de Simeone porque ambos fueron campeones con Estudiantes de la Plata, le falta adaptarse. No cuajó en el Bayern de Múnich y viene de jugar con el Metalist un campeonato tan diferente como la ucraniana.

Había intensidad, pugna por ganar cada centímetro del campo y máxima concentración, pero el resultado de la ida impedía que el duelo se desencorsetase. El Valencia estaba obligado a marcar y tocó más y mejor en el primer tiempo ante un rival agazapado, pero erró en el último pase o en el disparo, casi siempre muy lejano para buscar el factor sorpresa y acabar la jugada. Y cuando Bernat la colocó entre los tres palos, Courtois volvió a brillar. El Atlético vivía más de la presión, el robo y las salidas vertiginosas en busca de un Diego Costa que, acierte o no, siempre suma. No está en su mejor momento goleador de la temporada pero con sus movimientos trae en jaque a toda la zaga.

Tras el descanso llegó ese córner para la polémica, ya que los valencianos protestaron porque entendieron que Guaita no tocó el balón o lo hizo fuera, el tanto del Godín y un partido unidireccional en el que el Valencia se mostró impotente. Postiga y Míchel rondaron el empate en dos acciones casi consecutivas, pero Courtois estuvo en su sitio. El Atlético no vivió tranquilo hasta que Raúl García, de nuevo a balón parado, cerró la noche. Los colchoneros ya están en cuartos, donde se medirán a Athletic o Betis.