Nadal devuelve una bola ante Berdych. / Efe
Tenis

Nadal tumba a Berdych y evita a Djokovic

De nuevo con altibajos, el balear consiguió su tercer triunfo en la Copa de Maestros (6-4, 1-6 y 6-3) y pasó como primero a semifinales, donde se medirá con Del Potro o Federer

LONDRES Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Nadal no entiende de partidos sin presión ni de relajaciones. Ante Berdych, con un set le valía para ser primero de su grupo y evitar a Djokovic en semifinales. Lo consiguió pero no se echó a dormir. Tropezó en el segundo parcial pero espabiló en el tercero, cuando se jugaba de verdad el triunfo. Una victoria que de paso clasificó a Wawrinka y eliminó al checo. Al final del partido se demostró que la diferencia entre el español y el centroeuropeo no es tanto una cuestión de juego y sí cómo afrontan cada uno los momentos clave. Por eso Berdych enmudeció en el último tramo y se dejó en el camino el triunfo. “Es un partido muy complicado decidido por pequeños detalles en el tercer set”, resumió el de Manacor en TVE. Por eso ganó por 6-4, 1-6 y 6-3.

A la presión a la que estaba sometido Berdych había que sumar la que le infringió Nadal. Para empezar, el español le rompió el servicio nada más empezar el duelo. Así complicado coger confianza. Aun así, no se derrumbó. Mantenido por su servicio, el número seis del mundo no tuvo ninguna bola de ruptura en la primera manga. Pero no estaba muy por debajo del nivel del mejor Nadal de la Copa Masters, de ahí que el acto inicial fuese bastante igualado. “He empezado el primer set muy bien de intensidad de piernas, pegando con mi ‘drive’. He hecho el mejor set del torneo”, subrayó el de Manacor.

Ya en el segundo set aflojó. Se había asegurado ya la primera plaza. Y esa clasificación llevó al número uno a una inevitable relajación. Mínima, prácticamente insignificante, pero sí suficiente para que Berdych se viniese arriba. El checo se lanzó a tumba abierta. Sin escudo y con la artillería pesada, empezó a meterlo todo y a destrozar la pelota. Así consiguió dos ‘breaks’ consecutivos, el segundo en blanco. Y así llegó a un 5-0 que demostraba su superioridad en el ecuador del duelo.

Nadal tenía el partido descontrolado. Tanto que al final del segundo parcial se liberó y empezó a soltar latigazos. Pero su rival estaba muy seguro. Tanto que solo cometió un error no forzado y no cedió ni una sola de ‘break’ en el segundo parcial. Berdych había superado la primera barrera psicológica, la de jugar de tú a tú a Nadal y se enfilaba para afrontar la segunda y más difícil: vencerle, algo que no logra desde que le doblegase en Madrid en el 2006.

En el tercer set, el manacorense ya no se jugaba nada. Solo el orgullo y hacerle un favor a Wawrinka –el suizo dependía de una victoria suya para acceder a semifinales-. Jugó más tranquilo y así niveló el partido. “Al final es el que siente mejor la pelota el que tiene las de ganar. En estas pistas yo siento menos las bolas, por momento se pierde el ‘feeling’. Estar sólido con el servicio es vital”, argumentó.

Berdych ya no destrozaba la bola ni el balear era su marioneta. A partir de ese momento, mucho más igualado el juego, jugaban más las mentes que las raquetas. Ya no iba todo de carrerilla para el checo. Tenía que pararse a pensar, sin que todo fuera automatizado. Y la tensión empezó a agarrotarle. Unos nervios que le pasaron factura con 4-3 en contra. Dos doble faltas le mataron en el duelo. Dos regalos que fueron el preludio de su adiós definitivo. Porque Nadal sacó para cerrar el duelo y le aniquiló.