RELACIONES BILATERALES

Glamour gay en la embajada

Obama salda cuentas con el 'lobby' homosexual y nombra representante de Estados Unidos en España a James Costos, un adinerado ejecutivo del canal de televisión HBO

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De un dúplex-ático en Manhattan con las mejores vistas del "skyline" de Nueva York al búnker de la Embajada de Estados Unidos en el número 75 de la elitista calle Serrano de Madrid. De una de las casas que se ponen como ejemplo de triunfo social y económico, portada de revistas de arquitectura e interiorismo y decorada con arte francés del siglo XVIII, a las cámaras de seguridad y la verja de la sede española del país de las barras y estrellas. Pero a buen seguro que James Costos, que fue confirmado como nuevo embajador de Estados Unidos el pasado sábado, le dará un revolcón a la vida social de ese trocito norteamericano en España.

En lo único en lo que se parece al embajador saliente, el previsible y discreto Alan D. Solomon (que se despide el lunes con una recepción), es en su capacidad para hacer sonar la caja registradora en beneficio de los demócratas. Esta fue también la razón esgrimida cuando Solomon fue nominado para el cargo en 2010. Las cancillerías europeas están llenas de generosos mecenas de las carreras presidenciales. Obama lo explica así: «Me genera una gran confianza que unos individuos tan capaces y dedicados hayan decidido unirse a esta administración y servir al pueblo estadounidense».

Así que Barack ha elegido España para pagar su cuenta con el "lobby" gay, tan espléndido y decisivo en su reelección. Y, entre todos esos apoyos, destaca el papel jugado por el ejecutivo de la HBO (uno de los grandes canales por cable de Estados Unidos que ha emitido éxitos como "Los Soprano", "Sexo en Nueva York" o "Juego De Tronos") James Costos y su novio, el decorador Michael S. Smith. Un diseñador al que recurrió el matrimonio Obama nada más llegar a la Casa Blanca en 2008 para que redecorara sus cuartos, incluido el Despacho Oval. Spielberg, Murdoch y Bruce Springsteen son otros de los fieles clientes del novio del embajador.

Todo el Madrid diplomático espera con ansia el desembarco de la pareja Costos-Smith. James será el primer hombre abiertamente homosexual que se instala en la Embajada. En cuanto saltaron los rumores, la pareja se marchó oficialmente de vacaciones para no dar más explicaciones. La decimocuarta enmienda de la Constitución americana consagra el derecho de todos sus ciudadanos a la igualdad. Otra cosa es la realidad: el embajador "consorte" Smith nació, estudió e hizo parte de su carrera en California, estado que mantuvo la prohibición del matrimonio homosexual hasta que fue revocada por el Tribunal Supremo. De hecho hasta 2004, cuando Massachusetts levantó la primera veda, ni un solo estado de la Unión lo permitía.

Inicios en la moda

Judíos y gais son los dos "lobbies" que ningún político puede despreciar si no quiere tropezar por los intrincados pasillos del poder de la gran potencia. Solo en las fiestas que Costos y su pareja organizaron en su dúplex del Upper East Side neoyorquino (a 10.000 dólares el cubierto) recaudaron de forma directa 1,2 millones para la reelección de Obama. Además, lograron que sus amigos y conocidos, muchos actores de Hollywood y potentados de la televisión y el espectáculo, apoyaran con entre 3,5 millones de dólares (según las cuentas de "The New York Times") y 20 millones ("The Hollywood Reporter") esa misma carrera electoral. Ellos aflojaron de su bolsillo 67.000 dólares (Costos) y 70.000 (Smith), según el Center for Responsive Politics, organismo que controla las aportaciones a las campañas.

Pero ninguna dádiva sale gratis en el país del dólar. La Human Rights Campaign, el mayor grupo de presión "homo", no tardó en sugerir al presidente que colocara a alguno de sus integrantes en su equipo de gobierno o, al menos, ante los representantes del G-20 (entre los que España tiene estatus de país invitado). La respuesta a esa demanda es James Costos. Curiosamente, el relevo se produce en junio, un mes emblemático para esta comunidad en Estados Unidos ya que Obama lo nombró Mes del Orgullo LGTB (Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales).

Ahora, Costos y Smith han recogido la cosecha de la larga marcha por los derechos sexuales y son los rostros del éxito, de que se puede ser gay y triunfar en Estados Unidos.

Aunque licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad de Massachusetts, donde finalizó su carrera en 1985, James Costos nunca había desarrollado una carrera en la actividad pública. Es un cincuentón que se ha hecho muy rico gestionando derechos televisivos para la cadena HBO, de la que ahora era vicepresidente. Su fama comenzó a fraguarse en el mundo de la moda en Nueva York, de la que fue un intuitivo ejecutivo de ventas. De ahí dio el salto a la televisión y el cine como alto cargo de Revolution Studios. Una vez conocido el mercado, el avispado Costos decidió crear su propia agencia de mercadotecnia y derechos del espectáculo hasta que le abrieron las puertas de HBO, donde estos días se llora la muerte de James Gandolfini, protagonista de "Los Soprano", a quien Costos conocía bien.

Recepciones de lujo

Costos es un hombre muy discreto del que rara vez se oyen opiniones abiertas. Salvo en su férrea defensa de los animales. Hace un año fue elegido para la junta directiva de la Sociedad Humana de Estados Unidos, la mayor asociación de protección de los animales. Decidió convertirse en activista después de ver un vídeo sobre abusos a cerdos en la industria alimentaria. «Me hizo pensar de dónde venía la comida que estaba comiendo, cómo llegaba a la mesa».

Su discreción le hace incluso dejar más protagonismo a su pareja. Es habitual ver a Michael S. Smith hablando de su profesión en entrevistas. Pero a Costos le gusta que su imagen pública vaya siempre acompañada de su novio, con el que casi siempre posa. De hecho, cuando sonó su nombre para España, todos dirigieron la mirada hacia el decorador Smith, el que más ha intimado con los Obama. El compañero del embajador es como las estrellas de la ópera y tiene contratos firmados por el mundo para los próximos tres años, por lo que acabará conociéndose Barajas al dedillo.

Luego las miradas se posaron en James Costos. Él prefiere que sean los demás quienes le definan. «Es un ciudadano del mundo -resume Chad Griffin, el que más insistió a Obama para que pagara la factura con la comunidad "homo"-. Sólido en los negocios, gran experiencia, líder innovador, filántropo y gran relaciones públicas».

Pero en los ambientes diplomáticos ya crece la incógnita respecto a cómo gestionará Costos los aspectos "espinosos" en las habitualmente tranquilas relaciones bilaterales. De entrada, estará muy vigilante con la política española de lucha contra la piratería. Por lo demás, ya hay quien hace conjeturas acerca de una posible "boda española" entre los nuevos inquilinos de la embajada USA... ¿con Obama de invitado?