Fornet, junto a Cifuentes./ Kiko Huesca (Efe)
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Fornet, adiós a la historia viva de la Policía

El siempre controvertido secretario general del SUP ha abandonado hoy el cargo tras 21 años con el apoyo cerrado de sus compañeros

MADRID Actualizado: Guardar
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«Dejo la secretaría general con 1.546 euros al mes y sin cambiar de casa, de coche ni de esposa en todo este tiempo. Me voy con dos expedientes disciplinarios y varias querellas pendientes». Esta vez sí, José Manuel Sánchez Fornet (Sevilla, 1959) ha dejado este miércoles de ser el líder del Sindicato Unificado de la Policía (SUP), la mayor y más combativa central en el seno del CNP.

A Sánchez Fornet, esta vez sí, sus compañeros le 'permiten' marcharse después de que en los congresos nacionales anteriores (hace cuatro y ocho años) le presionaran hasta el punto de hacerle quedarse, aunque él ya pensaba en el relevo desde hace tiempo. 21 años como máximo responsables del SUP era ya demasiado. Pero más todavía 31 años en puestos directivos del sindicato, dos de ellos en la clandestinidad. Probablemente -dicen- sea el responsable sindical que más tiempo ha estado en primera línea durante la democracia.

Este agente de la Escala Básica de segunda categoría, que se afilió al SUP solo dos años después de entrar en el cuerpo, es la historia viva de la moderna Policía. Reiterado objetivo de los comandos etarras que le buscaron en Madrid y Sevilla, este funcionario raso ha sido hasta ahora una de las personas con más poder fáctico en el CNP con independencia del color del Gobierno que estuviera en el poder.

La independencia del SUP es, precisamente, de lo que más saca pecho. Siempre ha llevado fatal que acusaran al sindicato de ser «filosocialista» y cercano a la UGT, sobre todo porque muchas de sus campañas más reivindicativas tuvieron como diana a los gobiernos de Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero. Él fue -recuerda- uno de los principales propulsores de la primera manifestación conjunta de todos los sindicatos policiales y asociaciones de Guardia Civil en 2008 con Alfredo Pérez Rubalcaba al frente de la cartera de seguridad pública. De hecho, siempre ha dicho que el mejor ministro del Interior fue Ángel Acebes y el mejor director del cuerpo el también popular Agustín Díaz de Mera, al que el SUP le concedió la insignia de oro y brillantes dos meses después de dejar el cargo.

En Twitter

Siempre en el centro del huracán, su personalidad no ha dejado indiferente a nadie, amigos y enemigos. Su carácter impulsivo y guerrero por naturaleza le ha servido de aliado para defender con vehemencia sus causas siempre buscando sacar alguna mejora para sus policías. Pero ese mismo temperamento no demasiado reflexivo también le ha llevado a meterse en todos los charcos, sobre todo en los últimos meses a cuenta de su pasión por el Twitter, donde sus palabras incendian la red con bastante asiduidad. La última vez fueron sus comentarios sobre la venta de explosivos por parte de la Policía a ETA (sin mencionar expresamente que fue para poner una baliza y poder seguir a los terroristas hasta su escondrijo). Evidentemente, le gusta provocar.

Pero la utilización de la polémica como arma revindicativa es muy anterior a la llegada de Internet. Llegó a defender en los ochenta la existencia de los GAL para secuestrar etarras en Francia a fin de llevarlos ante los tribunales españoles cuando los terroristas mataban a uno de sus compañeros casi cada día. Puso en muy serio aprieto al Gobierno de Aznar al descubrir en 1996 que la policía drogaba con Aloperidol de los inmigrantes que repatriaba, se ha desgañitado en defender a los policías acusados del 'chivatazo' a ETA cuando incluso ya nadie en el cuerpo da la cara por ellos y ha aireado en persona los polémicos informes de la UDEF sobre la corrupción en Cataluña.

Sánchez Fornet , según se acercaba su salida de la secretaria general, ha encontrado su nueva vocación precisamente en eso, en la lucha contra la corrupción. Ya ha hecho sus pinitos en los últimos meses como abanderado del caso del ático del presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González. Su sueño, siempre dentro de un sindicato que no piensa abandonar, es dirigir una suerte de asociación para perseguir judicialmente a los que se llevan el dinero público a bolsillos privados. Eso sí, la última palabra ya no la tendrá él como en las últimas dos décadas. Una de sus amigas y pupilas, Mónica Gracia Sánchez, la nueva 'lideresa' del SUP tendrá que decidir qué funciones encomienda a este policía sindicalista que ni considera la posibilidad de volver a su actual destino en la comisaría local de Dos Hermanas, en su Sevilla natal.