MUNDO ANIMAL

Charlie, un perro contra el maltrato

Una empresa de Madrid entrena perros para proteger a mujeres amenazadas por la violencia de género

MADRID Actualizado: Guardar
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Charlie saluda con besos a quien se le acerca y si lleva un trozo de salchicha de Frankfurt en la mano, con la mirada le declara amor eterno. En el bamboleo de su cola y el jadeo simpático con el que respira no se presagia que, en realidad, este pastor alemán de 40 kilos es capaz de partirle las costillas al primero que ose agredir a su dueña o acercarse a ella con malas intenciones. En realidad, es uno de los perros que protegen a mujeres que son víctimas de la violencia de género en España.

Ángel Mariscal lo ha entrenado durante meses en Security Dogs. La empresa, que lleva la seguridad canina del Real Madrid, abrió hace dos años un nuevo campo de experimentación: perros que protegen a mujeres amenazadas. Después de la formación, el perro está preparado para golpear con el hocico al agresor entre los hombros y los genitales, partes vedadas pues pueden suponer una lesión importante. El mecanismo exige que el perro no sea una máquina de matar ni que se coma al agresor. “Su premio es que el atacante se aleje. Entonces, se para”.

Charlie los espanta a cabezazos. Es un ariete. Cada vez que sale ‘a trabajar’ tiene que llevar puesto un bozal que le impide morder y que está reforzado con metal en la punta. Si se soltara, ‘Charlie’ podría derribar a un hombre y desplazarlo varios metros con un impacto brutal. Si la mujer lo agarra del arnés, el efecto se multiplica. En realidad, ella nunca lo suelta. Si algún hombre se acerca a ella, incluso hablando en un tono fuerte, el perro sigue siendo un ángel. Si nota agresividad o la mujer retrasa una pierna en señal de amenaza, se convierte en un demonio infranqueable.

“Mal utilizado, el perro puede ser un arma”, advierte Mariscal. Para evitar en lo posible que alguien le dé un mal uso, advierte que las candidatas para hacerse con un perro de este tipo (no se venden) pasan una prueba psicológica que evita que los animales caigan en manos de personas con “intenciones vengativas”, un caso que se ha producido últimamente.

Al margen de su ‘trabajo’ de protección, cuando cuelga el arnés y el bozal es un perro de compañía como otro cualquiera y aporta lo que los demás. “Con ellos, las mujeres se sienten más seguras en la calle y más acompañadas en casa. Hay que entender que son personas que han sufrido un fuerte trauma y están sometidas a mucho estrés. El perro les ayuda además a relajarse, a salir de casa para atenderlo, a tomar una responsabilidad y a recuperarse, al fin y al cabo”. Actualmente, varias fundaciones por todo el mundo utilizan perros para recuperar a personas que han sufrido un bache en su vida, sobre todo en casos de estrés postraumático.

El natural zalamero de ‘Charlie’ tiene una explicación. Con dos o tres meses lo eligieron de una camada por su simpatía. Al margen de su ‘trabajo’ como guarda tiene que ser un perro sociable que será el compañero de una mujer que no está formada como adiestradora ni guía canina.

El coste de uno de estos animales es similar a otros perros de defensa: unos 3.000 euros. De momento, Security Dogs asegura que no busca lucro en la iniciativa, sino una prueba para concienciar a diversas organizaciones y a la administración y demostrar que los perros pueden ser de ayuda también en casos de violencia de género.