Fútbol | Copa del Rey

Tigre y dragón

Falcao y Cristiano se erigen como los principales argumentos de Atlético y Real Madrid para desequilibrar la final de la Copa del Rey.

MADRID Actualizado: Guardar
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Un colombiano y un portugués. Un individuo sencillo y un icono del nuevo hombre. Un sudamericano profundamente religioso y un europeo firme creyente en sí mismo. Diferentes tarjetas de presentación para una comparación de altos contrastes y una misión similar. La noche de Radamel Falcao y Cristiano Ronaldo en la final no debería pasar inadvertida porque todos los pronósticos les señalan como la llave de un choque de altas pulsaciones y contagiosas sensaciones.

Como un duelo en la arena del coliseo, en la noche de Chamartín el tigre colombiano y el dragón de Funchal congregarán los ojos de los interesados. Los aficionados depositarán sus esperanzas en su puntería, los entrenadores idearán las mejores condiciones para su juego, sus compañeros se apoyarán en ellos para desequilibrar la final y sus marcadores reducirán sus parpadeos para evitar cualquier ventaja a la vista de sus depredadores.

Por un lado se presenta el ambicioso Cristiano Ronaldo. El atleta aspira a sumar una nueva actuación para guardar en sus recopilatorios. De su experiencia puede extraer todo un abanico de enseñanzas porque saboreó el trofeo copero en Inglaterra con el gol que abrió la victoria del Manchester United contra el Millwall en 2004, aunque un año después sufrió la decepción como 'dragón rojo' al fallar en la tanda de penaltis contra el Arsenal y la correspondiente derrota. Para su desgracia, solo fue un preludio de la mala relación con una ronda decisiva, puesto que en 2008 erró otra pena máxima contra el Chelsea. El error de aquella noche no impidió que los de Alex Ferguson levantaran la 'Champions' pero el siempre 'confiante' Cristiano sintió que se debía algo a sí mismo. Aunque de esos recuerdos, el que interesa al de Madeira se localiza en la final española de 2011 cuando durante la prórroga se elevó en el área del Barcelona y sorprendió a Pinto para anotar el gol decisivo de su equipo. Entonces se reconoció decisivo, como en sus mejores deseos y se sintió completo tras abandonar el barco inglés para alistarse a las órdenes del Real Madrid.

No obstante, en cuestión de títulos y capacidad de resolver los duelos importantes el colombiano Falcao poco tiene que envidiar. 'El Tigre de Santa Marta' cazó el tanto de la victoria en la final de la Liga Europa que el Oporto ganó al Braga, en la edición que disputó con el Atlético de Madrid contra el Athletic de Bilbao aumentó su cuenta a dos tantos en la final y para rematar su ascenso meteórico devoró al Chelsea con tres goles en la goleada de la Supercopa de Europa. Porque a su modo, el samariano es tan insaciable como el madridista. Sus récords se acumulan, el pulso del club rojiblanco se ha mantenido en su mejor campaña reciente al ritmo que dicta y en sus botas se adivinan los puntapiés convincentes para alcanzar la gloria.

Ambos escribirán su siguiente capítulo en el Santiago Bernabéu. Hasta el momento, el portugués lidera la carrera de la presente edición de la Copa del Rey con seis tantos en seis partidos frente a los dos goles en tres encuentros del colombiano. Pero en la final de Copa deberían desaparecer los contrastes fuera del campo, surgir sus virtudes y experiencias cruzadas. El colombiano y portugués lucharán por cada pelota, tratarán de anticiparse a cada rival, se arriesgarán en cada indecisión de los adversarios y aguardarán cualquier ocasión para ejercer su condición de cazadores. Porque son depredadores. Porque son el tigre y el dragón.