El conde de Fontao. / Archivo
PERFIL

La sombra amiga del Rey

El hombre de confianza de don Juan Carlos se llama José Manuel Romero. Es el discreto abogado que sugirió que se apartara a Urdangarin del Instituto Nóos

MADRID Actualizado: Guardar
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Sucedió el 20 de diciembre de 2011, en una recepción de los Reyes a los consejeros de Patrimonio Nacional en la Zarzuela. Era una de esas contadísimas ocasiones en las que uno de sus invitados eclipsaba el protagonismo de don Juan Carlos. Cuando saludó a un hombre canoso con aspecto bonancible, el de la mirada humilde y comprensiva, los fotógrafos fusilaron el instante sin piedad. El de las imágenes era José Manuel Romero Moreno (Madrid, 1940), conde de Fontao y marqués de San Saturnino (títulos ambos vinculados a Galicia), el noble en el que confía Su Majestad para salvar los muebles de la Casa del Rey en la selva judicial y de imagen en la que se ha metido con la investigación a Iñaki Urdangarin.

A los pocos minutos, la mirada cercana de Romero estaba en todos los medios de comunicación. Lo raro del asunto es que a este veterano letrado no se le hubiera visto antes. Sin duda, la mayor virtud del estratosférico currículum del abogado es la discreción. Desde hace más de quince años ha sido asesor del Rey en los asuntos más personales y en todo este tiempo, su nombre no había trascendido a la opinión pública. Hasta que saltó por los aires el asunto de la investigación de los movimientos empresariales y económicos de Urdangarin. Con la imputación del duque de Palma, la trama judicial se descargó sobre la imagen de la Casa Real como la riada de una presa rota. Y para frenarla estaban don Juan Carlos y su amigo José Manuel Romero. El jurista pasó 2005 y 2006 siguiendo de cerca las actividades laborales de Urdangarin en el Instituto Nóos.

Es un dicho, casi un lugar común en la monarquía española: «En el Palacio de la Zarzuela solo el Rey decide»... Pero muchos le aconsejan. En el cargo, además de una confianza extrema en la persona, se da por descontada la invisibilidad. El conde de Fontao es uno de esos hombres más que leales, una amistad vieja y una larga historia profesional que arranca hace más de quince años, en 1993, cuando se convierte en consejero externo de la Casa del Rey. El suyo no es ningún tipo de cargo oficial. Para cuestiones legales de índole menos personal, la Zarzuela cuenta con la Dirección General de Asuntos Jurídicos del Estado.

El conde de Fontao es un amigo del Rey desde mucho antes de que llegara a la Casa en 1993 como asesor, de la mano de Fernando Almansa y tras la turbulenta salida del administrador privado del Rey, Manuel Prado y Colón de Carvajal, implicado en varios procesos judiciales que lo terminaron llevando a la cárcel. Romero y Juan Carlos de Borbón, amigos desde los años 60, se encontraron al coincidir ambos en segundo curso de Derecho en la Universidad Complutense. Y se hicieron muy buenos amigos.

Romero Moreno abandonó al poco tiempo los estudios y se integró en el seminario de los Jesuitas, donde nunca llegó a ordenarse sacerdote, pero sacó adelante la carrera de Filosofía y el doctorado 'summa cum laude'.

En 1968 volvió a la vida seglar. Simpatizante del movimiento eurocomunista y de corrientes cristianas de izquierda, se convirtió en uno de los abogados más sólidos y a la vez invisibles de Madrid. Actualmente gestiona el despacho Romero Abogados en la calle Moreto, en los Jerónimos, la zona más exclusiva de los bufetes de la capital, junto al Museo del Prado.