El Celta, una final para el técnico de Setubal

Lo que en condiciones normales debería ser un trámite para el Real Madrid , obligado por presupuesto y tradición a superar los octavos de final de la Copa del Rey ante un recién ascendido como el Celta de Vigo, se ha convertido en una final para José Mourinho en el Santiago Bernabéu. A los problemas deportivos, con el club blanco a 16 puntos del Barça antes de acabar la primera vuelta liguera y la amenazante derrota sufrida por 2-1 en Balaídos, se suman el culebrón entre el técnico e Iker Casillas, presumiblemente titular, y la última polémica protagonizada por el portugués. Justificó su ausencia en la gala del Balón de Oro, celebrada el lunes en Zúrich, con el argumento de que su responsabilidad le obligaba a quedarse en su despacho para preparar el inminente choque copero ante los gallegos. Sin embargo, fue cazado a esa misma hora presenciando un entrenamiento de su hijo, portero del infantil B del Canillas, filial del Real Madrid donde suelen recalar familiares de famosos futbolistas. Tal ha sido el lío montado que hasta los propios integrantes de la plantilla del primer equipo le han pedido explicaciones a un Mourinho cada vez más discutido. Lo reveló Xabi Alonso, el único que habló en la previa del choque del torneo del K.O., ya que en esta oportunidad ni el luso, ni Aitor Karanka, su fiel ayudante, comparecieron ante la prensa en Valdebebas. ¿La imagen de Mourinho? «No creo que afecte. Le he preguntado y me ha dicho que estuvo trabajando en el partido del miércoles. No sé cuántas horas pero es meticuloso y profesional y seguro que estamos bien informados», afirmó el tolosarra.

Mientras Florentino Pérez, Casillas, Cristiano Ronaldo, Sergio Ramos, Xabi Alonso y Marcelo representaban al campeón de Liga en la sede de la FIFA, 'Mou' dio la espantada. Sabedor de que esta vez no le correspondería el honor de ser elegido el mejor entrenador del mundo, evitó comparecer junto a Del Bosque y Pep Guardiola. «Tengo que trabajar. Hay un importante partido de Copa y no voy», adujo Mourinho antes del último choque liguero ante la Real Sociedad. El entrenamiento del Madrid se celebró el lunes a las once de la mañana y toda la expedición merengue, salvo Cristiano, que viajó antes, voló a Zúrich en un avión privado que despegó a las 13,30. Después de la gala, todos regresaron a Madrid y pernoctaron en sus domicilios. El de Setúbal aseguró que se quedaba para trabajar, pero prefirió seguir las evoluciones de su chaval, José Jr. en las instalaciones del club madrileño en el barrio de Hortaleza. Estuvo acompañado de su guardaespaldas y se evitó el mal trago de tener que ver cómo Messi y Del Bosque eran galardonados y Casillas encumbrado en el once ideal de 2012. Un Iker que, en su condición de capitán de la selección española, votó al portugués, a Del Bosque y a Di Matteo, por este orden, como mejores entrenadores.

Aspas, una amenaza

El entorno de Florentino Pérez entiende como un desaire institucional la ausencia de Mourinho, que sí acudió a la fiesta de la FIFA tras conquistar el triplete con el Inter y saberse dueño del galardón, a pesar de que el jueves de esa misma semana afrontaba un derbi copero ante el Atlético. El pasado 5 de noviembre, Mourinho, en plena guerra contra José Alberto Toril, técnico del Castilla, ya lanzó un órdago al club al no acudir a la presentación de las obras de las residencias para la cantera en Valdebebas. Días después sí estuvo presente en un acto del club con una marca de coches, pero se mostró malhumorado.

En esta tesitura se presenta el Madrid ante un Celta pletórico tras su reciente victoria por 3-1 ante el Valladolid, con exhibición del joven Iago Aspas, una de las revelaciones de la temporada. La penúltima derrota de los merengues en 2012 dejó la eliminatoria muy abierta. Y eso que Cristiano evitó un 2-0 que pesaba como una losa. La Copa, como ocurrió en el primer año de Mourinho, se ha convertido en un objetivo importante porque la Liga se da por perdida y el duelo de 'Champions' ante el Manchester United está a casi dos meses vista.

El regreso al once de Casillas es una incógnita por despejar. Mourinho anunció que el titular en Liga no jugaría la Copa, pero Adán fue expulsado a los seis minutos del choque ante la Real Sociedad y podría tener sus opciones, ya que el reglamento cambió para las rojas directas y cumplirá sanción el sábado en Pamplona. El que vuelve seguro es Sergio Ramos, fundamental en una zaga muy descoordinada ante los donostiarras, sobre todo a la hora de tirar el fuera de juego. Varane puede pasar al lateral derecho y Carvalho mantenerse como central tras ser elogiado por 'Mou'. Pepe, Coentrao y Marcelo son baja por lesión. En los celestes, Paco Herrera teme el potencial ofensivo del rival y asume que su equipo tendrá que marcar al menos un gol para acceder a cuartos. No desveló el once pero si avanzó que no hará muchas rotaciones.