Ricky Rubio saluda a la grada tras un amistoso. / Efe
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Cuestión de pedigrí

Tras el culebrón de Pau Gasol, la colonia española en la NBA suma a Ricky Rubio y aspira a mantener el nivel de los últimos años

MADRID Actualizado: Guardar
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Desde que los Timberwolves perdieron a Kevin Garnett, la franquicia de Minessota se volvió invisible, condenado a ser un equipo que sufría incluso para ser considerado del montón. Por eso cuando Ricky Rubio conoció su destino en el draft de hace dos años no parecía demasiado entusiasmado. Sin embargo, ahora que ha saldado sus deudas contractuales con la ACB, su llegada parece haber devuelto algo de ilusión a unos lobos que llevan años desdentados. El del Masnou, que ve en la Liga americana una oportunidad para ejecutar la faceta más descarada de su juego, ha recibido una avalancha de elogios –algunos prematuros– a la espera de que forme una química con la estrella del equipo, Kevin Love.

Con la entrada en los playoff como una meta complicada, no sería extraño, si las cosas le salen bien, ver a Rubio disputando el partido de ‘rookies’ de la NBA, como ha logrado gran parte de la colonia española en la mejor competición del mundo. La recta final del 2011 supone la pista de despegue para una atípica temporada cuya tarjeta de presentación trae una serie de interrogantes para los españoles. Es inevitable dirigir la mirada hacia Pau Gasol. Si alguien pensó que con la firma del ‘armisticio’ entre jugadores y propietarios que acabó con el ‘lock out’ las aguas iban a discurrir por un cauce tranquilo, el catalán fue protagonista directo de una operación que volvió a enfangar las interioridades de la competición.

Gasol vio como en unas horas su prima de riesgo para sufrir un traspaso se disparó hasta límites insospechados. El rescate corrió de la mano del comisionado David Stern, que tumbó los planes de la franquicia para hacerse con los servicios del base Chris Paul como viga maestra del nuevo proyecto californiano. Desactivada esta opción, y previsiblemente también la de conseguir al pívot Dwight Howard, el culebrón parece haberse cerrado. De ser etiqueta como transferible a ser restituido en el lugar que ostentó en la consecución de dos anillos de campeón : la columna vertebral del proyecto liderado por el sempiterno Kobe Bryant, que arrancará la competición en el dique seco por su lesión en la muñeca. En unos días, Pau Gasol ha cambiado la desazón de saberse transferible a saber que ahora contará con el voto de confianza de Mike Brown, tal y como se ha visto en los primeros amistosos. El nuevo patrón de los Lakers también tendrá que gestionar la salida de Lamar Odom, una baja producto del mercadeo previo a la competición.

Millonario Marc

Diametralmente opuesta es la situación de su hermano Marc. Su condición de agente libre restringido y el efecto dominó del mercado, han empujado a los Memphis Grizzlies a atarle con un contrato millonario y situarlo, junto a Randolph, Gay y Conley, en el epicentro de un proyecto que vuelve a ponerse como meta las eliminatorias por el título. Los 44 millones de euros le obligan a mantener sus estadísticas si a medio plazo quiere que alguno de los grandes oligarcas de la competición se interese por él en las temporadas venideras para enrolarse en un equipo con el que aspirar al título, algo que pasa muy lejos de Tennesse.

El anillo de campeón tampoco dibuja su trayecto cerca de Denver, donde Rudy jugará los próximos meses a las órdenes de George Karl. El técnico ha mostrado su disposición a involucrar al escolta mallorquín en la reconstrucción de la franquicia tras la marcha de CarmeloAnthony. La duda, en su caso, reside en cómo gestionará este desafío sabiendo el acuerdo que le une al Real Madrid, donde deberá regresar la próxima temporada, salvo que decida abonar una cuantiosa indemnización. Solo parecen haber escapado de esta hiperactiva espiral Serge Ibaka yJosé Manuel Calderón, que han encontrado un remanso de paz en Oklahoma y Toronto, respectivamente. El hispano congoleño ya se ha integrado en el núcleo duro del equipo liderado por Kevin Durant, con logros como ser el máximo taponador de la pasada campaña. El extremeño, por su parte, aspira a firmar otra temporada tranquila.