MUNDIALES DE ATLETISMO

Recuperar bien es clave

Natalia Rodríguez ya ha demostrado en más de una ocasión que no acusa el esfuerzo de dos carreras anteriores

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No siempre gana un título quien es mejor sino quien se recupera mejor después de dos carreras a un ritmo altísimo. En un gran campeonato, el factor clave de la recuperación puede decidir los puestos del podio. Es una de las incógnitas que siempre se plantean los atletas y entrenadores después de la primera o segunda ronda. Natalia Rodríguez ya ha demostrado en más de una ocasión que no acusa el esfuerzo de dos carreras anteriores. Veremos qué ocurre en Corea en la final de 1.500 de este jueves.

No pocas veces un atleta con una marca entre las primeras del ranking y tras una eliminatoria o semifinal cómoda, ha acabado fundido en la final. Son atletas de una carrera que no soportan el esfuerzo de dos o tres pruebas en poco más de 72 horas. ¿Qué hace un atleta para llegar al 100% en la final?.

Miguel Escalona, técnico de Natalia Rodríguez, desvela que su pupila ha venido entrenando este aspecto desde junior. "Saber administrar los esfuerzos en un campeonato es básico", dice. Él divide el factor físico y el factor mental a la hora de recuperarse para afrontar la final. "Natalia, por ejemplo, ha hecho dos pequeños entrenamientos después de la semifinal del martes. Uno regenerativo y otro para recuperar tono muscular. En la recuperación mental es necesario que no acumule tensiones innecesarias", explica. ¿Y los baños de hielo tan de moda últimamente? "Ese apartado se lo dejo a los fisios. Es su trabajo". El entrenador de la mediofondista no cree que en el caso de Natalia la recuperación después de la semifinal suponga un problema: "Le veo fantástica".

No todos los atletas recuperan igual. En el caso de los ochocentistas españoles, por ejemplo, dos carreras a tope en 24 horas fue excesivo para su objetivo. Se quedaron en semifinales, sin buenas sensaciones, con la impresión de tener el depósito vacío. Esta situación es más frecuente en el joven corredor o en atletas que proceden de distancias inferiores y que necesitan un periodo de adaptación.

Las finales siempre son una selva repletas de trampas pero llegar en plenitud, recuperado, es imprescindible para no sufrir esa flojera de piernas y no cabecear en el momento decisivo del reparto de medallas. El ácido láctico no perdona.