Obama saluda a la líder de la minoría demócrata en el Congreso. / Efe
EE UU, AL BORDE DE LA QUIEBRA

Los republicanos devuelven el golpe a los demócratas

WASHINGTON Actualizado: Guardar
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Miles de llamadas colapsan en los últimos días la centralita del Congreso de Estados Unidos. Al otro lado del teléfono, la voz desesperada de los ciudadanos, que no entienden cómo sus representantes políticos están llevando al país al borde del colapso.

El último capítulo se ha vivido esta tarde, cuando la Cámara de Representantes de EEUU rechazó hoy la propuesta demócrata para aumentar el techo de la deuda estadounidense, un día después de que el Senado hiciera lo propio con el plan republicano. El pleno de la Cámara Baja, de mayoría republicana, rechazó por 246 contra 173 votos el plan del líder de la mayoría en el Senado, el demócrata Harry Reid, en un nuevo desacuerdo en las negociaciones a contrarreloj para evitar que el país entre en suspensión de pagos el próximo martes.

La frustración es mayúscula, porque aunque el problema del enorme déficit norteamericano es real y exige una solución, pocos entienden por qué esta vez los legisladores han sido incapaces de ponerse de acuerdo a lo largo de siete meses para elevar el techo de la deuda, una provisión técnica aprobada sin esfuerzo unas 70 veces en el último siglo, siete de ellas durante el mandato del presidente George Bush. La amenaza es tan seria que el Departamento del Tesoro ha ultimado un plan de contingencia para manejar las finanzas de la nación y mantener operativas secciones vitales del Gobierno federal si las negociaciones fracasan.

No aprobar un mayor endeudamiento sería el detonante de lo que las agencias de 'rating' han denominado quiebra selectiva: el gobierno deja de pagar ciertas obligaciones para asegurar otras. Entre los planes del Tesoro estaría pagar los intereses de la deuda y los próximos vencimientos, pero deberá ajustar otros gastos vitales para el sistema, como pagos de la seguridad social, despedir trabajadores o no pagar salarios considerados intocables como los correspondientes a las Fuerzas Armadas. El máximo responsable militar de EE UU en Afganistán, Mike Mullen, admitió el sábado que no está claro si el país podrá pagar las nóminas de sus soldados a tiempo en caso de una moratoria de deuda. La posible suspensión del pago a las fuerzas de Estados Unidos que libran guerras en el país centro asiático y en Irak es un tema extremadamente delicado y militar reconoció que muchos soldados viven con lo justo. "Así que si los sueldos se paralizan, eso tendría un efecto devastador", dijo Mullen, respondiendo a las preguntas de las tropas. "Me gustaría darles una mejor respuesta pero honestamente no lo sé".

Desgaste

Por más que la responsabilidad de una solución afecte por igual a los dos grandes partidos, la percepción cada vez más extendida en la opinión pública es que los republicanos -espoleados por el sector más conservador de su formación- han convertido el asunto su arma estratégica para desgastar la imagen de Obama de cara a las presidenciales de 2012. Si se analizan los planes iniciales de ambos se comprueba que el partido en el poder ha cedido hasta el 90% de las exigencias de recortes de gastos sociales impuestas por los opositores, unos niveles difíciles de digerir por el sector más liberal de los demócratas pero que han ido aceptándose en aras de lograr ese acuerdo a largo plazo tan ansiado por el Gobierno. No sólo eso, el inquilino de la Casa Blanca ha renunciado también a una exigencia que hasta hace unos días parecía innegociable: aumentar los impuestos a las personas con ingresos superiores a los 250.000 dólares al año o arañar algunos millones para las arcas públicas de los enormes beneficios de ejecutivos y corporaciones.

Ni siquiera semejante entreguismo le ha parecido suficiente a la derecha cuyo último gesto de prepotencia fue llevar a votación el viernes en el Congreso una propuesta tan a su medida que no se atrajo el apoyo ni de un solo legislador demócrata. Si bien la Cámara de Representantes aprobó el viernes la propuesta del portavoz republicano, John Boehner, por 218 contra 210 votos, el Senado la bloqueó como estaba previsto unas horas más tarde. Harry Reid, el líder demócrata del Senado, repitió su queja de que los conservadores no quieren una solución negociada y están poniendo en peligro la salud económica del país. "Es hora de ser adultos, reunirnos y llegar a un compromiso". Las débiles esperanzas de una salida negociada descansaban ayer en la propuesta revisada del propio Reid, que pretende incorporar elementos del denominado "plan de reserva" propuesto por el líder de los senadores republicanos, Mitch McConnell.

Balón de oxígeno

Este borrador permitiría aumentar el límite de deuda en aproximadamente 2,5 billones de dólares (unos 1,7 billones de euros), la cantidad necesaria para cubrir las obligaciones de financiación hasta las presidenciales de 2012. En esencia la nueva versión permitiría al presidente elevar el límite de endeudamiento en tres pasos. Mediante un complejo proceso legislativo, el Congreso podría aprobar estos incrementos con únicamente un tercio de los votos de cada una de las dos cámaras. Con un escenario tan precario, no es de extrañar que veteranos congresistas que han participado en duras batallas presupuestarias en el pasado vean como una posibilidad muy real que el país entre en quiebra el próximo 2 de agosto. Tom Daschle, líder del Senado durante otras crisis de las cuentas públicas que desencadenó un parón temporal del Gobierno en la década de 1990, admitió este sábado a 'The New York Times' que le cuesta pegar ojo dada la cercanía del desastre.

"Aquello no es nada comparado con lo que se avecina. Entonces la crisis supuso un problema parcial que afectó solo a la actividad gubernamental. Ahora estamos hablando de la paralización de la economía".