Dilma Rosusseff abraza a la nueva ministra de la Presidencia, Gleisi Hoffmann. / Reuters
BRASIL

Rousseff desactiva el primer conato de crisis de su mandato

Gleisi Hoffmann releva a Antonio Palocci al frente del Ministerio de la Presidencia

RIO DE JANEIRO Actualizado: Guardar
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La mandataria brasileña, Dilma Rousseff, ha puesto en funciones a su nueva ministra de la Presidencia, Gleisi Hoffmann, acabando así con el conato de crisis generado por las sospechas de corrupción que pesaban sobre el dimisionario Antonio Palocci.

"No puedo dejar de estar triste por todo lo que hizo. Es un amigo y un compañero de luchas", ha declarado Rousseff en alusión a Palocci, quien ha traspasado el cargo a Hoffmann un día después de presentar su renuncia acorralado por una oposición que le exigía explicaciones.

Palocci estuvo durante poco más un mes bajo el fuego cruzado de los adversarios del Gobierno, después de que el diario Folha de Sao Paulo revelase que su patrimonio aumentó 20 veces entre 2006 y 2010, cuando además de diputado fue consultor de empresas que, según sospecha la oposición, tenían negocios con organismos oficiales.

Al despedirse hoy, ha afirmado que aunque no es "culpable de nada", decidió dimitir porque así se "preservará el diálogo" político. Ha explicado que su "actividad" como ministro quedó "comprometida por el ambiente político" desfavorable y ha subrayado que la Procuraduría General de la República sostuvo que no había "ninguna ilegalidad" en las actividades privadas que desempeñó antes de asumir como ministro en el Gobierno de Rousseff.

Palocci ha sido aplaudido en pie por todos los miembros del gabinete presentes en el acto y ha evitado alusiones a un momento muy similar que vivió en 2006, cuando por acusaciones de corrupción de las que fue más tarde declarado inocente renunció al cargo de ministro de Hacienda que ocupaba en el Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva.

Rousseff ha recordado que Palocci fue en 2010 el coordinador de su campaña electoral y ha afirmado que el ahora exministro "fue uno de los artífices" de su victoria en las urnas el pasado octubre. Ha destacado su papel decisivo en el montaje de la coalición que sostiene al Gobierno y sus virtudes como "articulador político" ante el Parlamento y los partidos de la base oficialista.

Un matrimonio en el gabinete

No obstante, ha asegurado que pese a la "pérdida" que representa la dimisión de Palocci, el Gobierno "no se detendrá" y ha dicho estar convencida de que Hoffmann le sucederá con "muchísimo éxito". "Gleisi Hoffmann es otra mujer en el gabinete de la primera mujer que dirige Brasil", ha resaltado Rousseff, quien ahora tiene diez ministras en su equipo de 37 miembros.

Hoffmann, abogada de 45 años y especializada en Administración Financiera, está casada con el actual ministro de Comunicaciones, Paulo Bernardo Silva, lo que supone un caso inédito para Brasil que, por primera vez, tiene a un matrimonio en el mismo gabinete.

Al asumir el cargo, ha recordado que la propia Rousseff ocupó ese puesto en el Gobierno de Lula y ha manifestado que ese hecho aumenta su responsabilidad. "Fue en este cargo en el que Dilma demostró su capacidad", ha dicho la nueva ministra, quien ha prometido "trabajar con la misma lealtad" para "superar el enorme desafío" que representa sustituir a Palocci.

El Partido de los Trabajadores (PT), al que pertenecen Rousseff, Palocci y Hoffmann, considera que la rápida solución hallada para sustituir a un ministro en problemas ha supuesto el fin de un conato de crisis política que le había dado alas a la oposición.

Entre los adversarios del Gobierno, la sensación es la misma y la ha resumido el senador Aecio Neves, uno de los líderes del opositor Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB). Según Neves, si bien las investigaciones en torno a Palocci deben continuar en el ámbito judicial, con su dimisión el caso ha salido de la agenda política. "Obviamente, una vez que ha renunciado, será preciso que la oposición revise su estrategia", ha insistido Neves, quien ha admitido que las sospechas de corrupción afectaban directa y personalmente a Palocci y no al Gobierno de Rousseff como un todo, que ahora ha quedado "preservado" del escándalo en torno al exministro.