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Zapatero avisa de que ningún resultado le sacará del Gobierno

El jefe del Ejecutivo insiste en que agotará la legislatura y niega que prepare un nuevo ajuste fiscal para después de los comicios

SEVILLA Actualizado: Guardar
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No importa si solo se salvan los muebles o si el PSOE sufre una derrota histórica; José Luis Rodríguez Zapatero tiene intención de resistir al frente del Gobierno hasta marzo de 2012. Lo advirtió en Sevilla, en un encuentro con la prensa, poco antes de subirse al escenario preparado por los socialistas andaluces al socaire de los árboles que adornan el Parque de Miraflores, un paraje singular con capacidad para 2.500 personas (lejos de un baño de masas). "La legislatura es de cuatro años y las elecciones -insistió- serán en marzo".

No cabe pensar que hablara a humo de pajas. El PSOE es plenamente consciente de que pintan bastos para el domingo. Quizá fuera, además de un mensaje al PP, un modo de avisar a los electores enfadados que aún dudan si aprovechar estos comicios para mandarle un recado en cabeza ajena; su modo de decirles que no piensa darse por aludido. Cualquier estrategia para combatir la abstención es bienvenida en estos momentos porque a menos de una semana para que se abran los colegios electorales aún hay, según el vicesecretario general, José Blanco, una bolsa importante de votantes que no se dicen lo que van a votar.

En un intento de mantener la moral alta, el también responsable de estrategia electoral, trató de restar valor a ese dato. "Siempre el electorado progresista es más perezoso a la hora de decidir y participar, pero yo mantengo la tesis de que el PP seguirá celebrando encuestas y nosotros el resultado", dijo durante un desayuno informativo en la sede del partido en la madrileña calle Ferraz. Lo cierto es que hace tan sólo una semana, tanto él como Zapatero aseguraron ante la ejecutiva que la clave estaba en la primera semana de campaña y que lo que no se moviera entonces habría que darlo casi por perdido porque, según explican fuentes de la dirección socialista, pocos electores esperan hasta el último momento para tomar una decisión.

El presidente del Gobierno hizo hoy como si aquel aviso nunca hubiera existido y se escudó en que aún no tiene datos que le permitan afirmar si ha habido o no reactivación para no dar la batalla por perdida. "Yo veo el partido fuerte y con pulso", adujo. Sobre el pinchazo de la jornada anterior en la plaza de toros de Zaragoza, ni palabra.

Falsos ajustes

Lo que sí admitió, en cambio, es que son unas elecciones "difíciles". Difíciles, entre otras cosas porque le obligan a hacer un discurso como presidente del Gobierno y otro distinto como secretario general del PSOE. Él trata de soslayar ese escollo con el argumento de que no pide el voto para sí sino para los alcaldes socialistas, en el caso de Andalucía, o para los presidentes autonómicos de su partido que son quienes "mejor garantizan el Estado de bienestar". Pero poco antes de subir al estrado para repetir un día más que si viene la derecha traerá recortes sociales, tuvo que poner una dosis de realismo ante los medios de comunicación.

Zapatero afirmó que no prevé que haya comunidades autónomas que, tras el 22 de mayo, destapen unas cifras de déficit superiores a las declaradas, como ocurrió en Cataluña, pero subrayó que, en todo caso, España tiene el compromiso de acabar el año con un déficit del 6%, que el Gobierno se aplicará a ello "con toda la contundencia" y que obligará a las comunidades autónomas a hacer lo propio sean del color político que sean.

Al mismo tiempo negó, en cambio, que tenga intención de acometer un nuevo ajuste fiscal. Los mercados y los agentes internaciones vuelven a apretar con sus dudas y el PP ya ha puesto en circulación el rumor de que, en realidad, el Ejecutivo sólo está esperando a que pasen los comicios para acometer un recorte del gasto público -incluido otro tijeretazo al salario de los funcionarios-, de 10.000 millones de euros. "Es radical y absolutamente falso y le pido al PP que ya que no ayuda -dijo indignado- que no intoxique".

La "intoxicación", según sus palabras, apunta justo al corazón de la estrategia socialista. El jefe del Ejecutivo ha llegado incluso a negar en esta campaña que haya hecho recortes. En Sevilla optó por lo sencillo: "Pero si esta es la tierra de Felipe González, ¿vais a dejar que gane aquí la derecha, hombre?"