El presidente de Estados Unidos, Barack Obama. / Reuters
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Obama rompe con la doctrina de la «guerra contra el terrorismo» de Bush y apuesta por nuevas vías

Aboga por impulsar una "acción colectiva" para afrontar problemas comunes con otros países

WASHINGTON Actualizado: Guardar
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El Gobierno estadounidense ha publicado este jueves una nueva doctrina de seguridad nacional que combina el diálogo diplomático, la disciplina económica y el poder militar con el fin de consolidar la posición de Estados Unidos en el mundo.

Esta doctrina supone un cambio importante respecto a la época del presidente George W. Bush, ya que la estrategia de su sucesor, Barack Obama, propone la ampliación de las alianzas más allá de los socios tradicionales de Estados Unidos para abarcar a potencias emergentes como China e India y así compartir la carga internacional, según algunos extractos del documento.

Ante la mala situación económica y el alto déficit, el Gobierno también reconoce como prioridades de la seguridad nacional el fomento del crecimiento económico y el arreglo de los asuntos fiscales. "En el centro de nuestros esfuerzos está el compromiso de renovar nuestra economía, que es la fuente del poder americano", dice el texto. La primera declaración oficial de Obama sobre los objetivos de la seguridad nacional, que se publicará este jueves, no incluye la política de Bush de la guerra preventiva, que no gustaba a algunos de los aliados de Estados Unidos.

El documento, que diseña una visión para preservar la seguridad del país norteamericano mientras participa en guerras en Afganistán e Irak, formaliza la intención del presidente de hacer hincapié en la diplomacia multilateral más que en la fuerza militar. El Gobierno incluso reitera la determinación de Obama de intentar dialogar con "países hostiles" -una referencia velada a Irán y Corea del Norte y a sus polémicos programas nucleares-, aunque también amenaza con aislarlos si siguen desafiando las normas internacionales.

Situación económica

La Estrategia de Seguridad Nacional, que cada presidente estadounidense está obligado a elaborar por ley, suele reafirmar posturas preexistentes, pero se considera importante porque puede influir en los presupuestos y en las leyes y a nivel internacional despierta mucho interés. Obama, que cuando llegó a la Casa Blanca tuvo que enfrentarse a la peor crisis financiera ocurrida desde la década de los años 30, ha sido el mandatario que ha vinculado más claramente la salud económica del país norteamericano con su importancia en el escenario internacional.

"Debemos renovar los cimientos de la fuerza de América", subraya el documento, que señala que para tener un crecimiento económico constante, Estados Unidos debe ir por el "camino de la fiscalidad sostenible" y tratar de depender menos del petróleo extranjero. Sin embargo, el texto no menciona como problema para la seguridad nacional el gran endeudamiento de Estados Unidos con países como China.

En su primera declaración sobre sus políticas, en 2002, después de los atentados del 11 de septiembre de 2001, Bush incluyó el derecho de Estados Unidos a emprender acciones unilaterales y preventivas contra países y grupos terroristas que considere una amenaza. El plan de Obama aleja implícitamente a su Gobierno de lo que se acabó conociendo como la Doctrina Bush, que sirvió como justificación para la invasión de Irak en 2003.

Aunque la nueva doctrina reafirma el compromiso de anteriores presidentes de mantener la superioridad militar del país norteamericano, supone también un distanciamiento de lo que quienes criticaban a Bush llamaban la "diplomacia de cowboy". "Tenemos que ser perspicaces para saber ver los puntos fuertes y los defectos de las instituciones internacionales", indica el texto, que, no obstante, incide en que Estados Unidos no puede optar por "marcharse" de esas instituciones.

Terrorismo

Obama ha recibido elogios por haber suavizado el tono de la política exterior estadounidense -un logro que destacó el comité que le entregó el premio Nobel de la Paz en 2009-, pero aún tiene problemas que resolver, como las guerras de Irak y Afganistán, las disputas con Irán y Corea del Norte y el conflicto de Oriente Próximo. Las voces críticas apuntan a que la nueva diplomacia que propone Obama demuestra la debilidad de Estados Unidos y se preguntan si pondrá en peligro los intereses nacionales por basarse demasiado en una política de "mano de seda".

La estrategia de Obama reitera su objetivo de "desarticular y derrotar" a Al Qaeda pero recalca que en ese proceso Estados Unidos debe respetar y promover los Derechos Humanos. También rechaza la tortura como herramienta de la seguridad nacional. El presidente estadounidense ha hecho un acercamiento al mundo musulmán, donde la imagen del país norteamericano se ha visto perjudicada por la guerra de Irak, por el escándalo de los abusos en la cárcel iraquí de Abu Ghraib y por las referencias a conceptos como la "guerra contra el terror" o el "islamofascismo".

Otra de las prioridades que menciona la nueva doctrina es la eliminación de la amenaza terrorista que surge en el propio territorio estadounidense, después de que el día de Navidad de 2009 un joven nigeriano intentase detonar unos explosivos en un avión que se dirigía a Detroit y del atentado con coche bomba que alguien intentó llevar a cabo este mes en el centro de Nueva York, en Times Square.