TRIBUNA LIBRE

El año de los cambios e indecisiones

Afinales de enero de 2009, como viene siendo habitual desde 2001, se han contrapuesto las dos visiones sobre los desafíos que enfrenta la humanidad y sus posibles respuestas. Davos (Suiza) y Belem do Pará (Brasil) Al frío, pesimista y temeroso Davos se ha contrapuesto el calor húmedo tropical, optimista y esperanzador Belem do Pará. A las discrepancias y enfrentamientos públicos sobre culpables de lo ocurrido que nunca antes se había dado en Davos se ha contrapuesto el baile de samba, los cantos y las risas del Foro Social Mundial, no exento de discusiones sobre el futuro del propio FSM.

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2009 es el año de los cambios y las indecisiones. Existe unanimidad en la necesidad de cambiar, pero indecisión sobre las sendas de estos cambios. Hacia donde nos dirigimos y la profundidad de la necesaria transformación. La historia de la humanidad, lejos de haber concluido, se está construyendo en estos días. La estamos construyendo la ciudadanía con nuestras acciones y omisiones. En Davos y en Belem do Pará se ha hablado de ecología y cambio climático, de las acciones y ataques condenables en Gaza y otros lugares del mundo, pero sobretodo de la crisis económica.

A la humanidad le ocurre ahora como a un naciente en la matriz de su madre cuando le llega el momento del parto. Entra en crisis, pierde la seguridad y la tranquilidad que ha tenido en nueve meses; pero comienza a faltarle el oxígeno y la alimentación. Al principio lo que quiere es recuperar la seguridad perdida e intenta mantenerse como hasta ahora. Pero la inseguridad se generaliza hasta el punto que no le queda más remedio que dar la vuelta y enfilar el canal del parto porque es una aberración que una nueva vida se pueda desarrollar completamente en el seno materno. La humanidad ha comenzado el nuevo parto de otra Era, y la inseguridad de la crisis y del enfrentamiento bélico que conlleva se generalizará durante los próximos cuatro años. Si queremos un final feliz tenemos que prepararlo. Ante la confianza, creencia y fe en el mercado y en la sociedad de consumo que nos reclaman, tenemos que manifestar nuestra confianza, creencia y fe en la humanidad, en su capacidad para regenerarse, repensarse y reorganizarse. Es necesario visualizar la dinámica del proceso y anticiparnos. En 2012 la necesidad generará un apoyo social y una movilización que nos dará la fuerza necesaria para implantar una Constitución del Mundo democrática, legítima y transparente sobre la que cimentar el futuro. Vivimos el tiempo histórico en que el sistema capitalista se deshace en medio de una crisis sistémica y civilizatoria, y la ciencia será la vía que pueda conducir a una sociedad diferente. La cumbre de Washington fue un fracaso. La de Londres del 2 de abril será la última vez que se sienten juntos los países del G-7 y los emergentes. La dinámica de los intereses nacionales a los que tienen que responder los líderes los distanciará.

Si queremos una salida a la crisis es necesario construir un Gobierno del mundo democrático, legítimo y transparente, y esto pasa por la convocatoria del proceso constituyente de la primera Constitución del mundo. El mero hecho de convocar el proceso provoca el inicio del proceso de transformación social al manifestar la conciencia del sujeto social transformador de si mismo, la existencia de una alternativa al sistema capitalista agonizante que reclama su propia expresión política, y posibilitar que las clases y grupos sociales se incorporen con sus demandas conformando los bloques sociales. Las políticas de desarrollo del capital social e institucional de los territorios son las herramientas adecuadas.

La democracia participativa es uno de los seis motores del cambio. Y es en el desarrollo de esta democracia donde se necesita el desarrollo científico y la aportación de la Evaluación participativa de las políticas públicas. Del 10 al 12 de Octubre de 2009 se celebrará en el Palacio de Congresos de Sevilla el 1º Foro Social Temático Español de Espiritualidad y Ética para otro mundo mejor posible. Abrir el proceso constituyente de la 1ª Constitución del Mundo es debatir sobre los principios que necesitamos. Debatir sobre valores es comenzar a construir los cimientos sobre los que edificar ese otro mundo mejor.