TRIBUNA

Zapatero contra ETA. ¿Ahora sí?

Pues la verdad es que no nos lo creemos. Y no es por hacer una crítica política, fácil a día de hoy, sino como consecuencia lógica de la trayectoria de Zapatero siempre más proclive a una negociación con ETA tanto en la oposición como en el gobierno. Se le ve convencido de que la negociación es posible y que la banda terrorista va a ceder en sus exigencias sin tener que pagar precio político. También cree que lo que llama proceso de paz le daría la victoria en las elecciones y podría cumplir su sueño y obsesión por apartar al PP de la carrera electoral.

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De este cuento de la lechera lo único cierto durante el gobierno de Zapatero han sido cuatro muertos, la vuelta de la kale borroca, el rearme económico y logístico de la banda, su vuelta a las instituciones por medio de ANV, la división de los ciudadanos y de la clase política por el incumplimiento de los pactos y leyes consensuados y poner en cuestión el estado de derecho.

Hemos visto a un presidente inexperto en manos de una estrategia etarra que no usa la lógica ni las reglas democráticas. No se comprendió que el gobierno quisiera hacernos creer que unas listas de ANV eran legales y otras ilegales cuando pertenecen al mismo partido y también caía por su peso el argumento de que por lo que se ilegalizaban las listas electorales era por las personas que las componían, cuando se pudo comprobar que hubo unas listas que se legalizaron con los mismos nombres que otras se ilegalizaron. Quedó demostrado que el gobierno accedió dócilmente a legalizar las listas que señalaba ETA justo en las localidades en las que tenían posibilidad de ganar y por ello hoy están en alcaldías y gobiernos municipales. Ahora dicen que sí buscan las pruebas que antes no quisieron encontrar para ilegalizar ANV para obtener una rentabilidad política en las generales que no obtuvieron en las municipales. Ahora se observan movimientos del Fiscal General del Estado y del juez Garzón que tuvieron en sus manos la posibilidad de evitar que ETA entrara en las administraciones de las que ahora, aunque se les ilegalice, no se les podrá desalojar, pero por lo menos se podrá evitar que puedan presentarse en las próximas elecciones generales.

Los vaivenes y cambios de postura han sido vergonzantes si comparamos las diferentes e incongruentes actitudes de Zapatero según el momento político. En la oposición fue capaz de firmar con Aznar el Pacto Antiterrorista y la Ley de Partidos a la vez que iniciaba los contactos con ETA y desde el gobierno sacó de la cárcel al sanguinario De Juana para volverlo a meter, igual que llamó hombre de paz a Otegui para luego encarcelarlo cuando la banda no le dio el éxito que esperaba.

Zapatero ha distinguido y condenado de forma muy distinta los últimos atentados en los que murieron dos guardias civiles en Francia y dos civiles en la T-4. La contundencia de una condena no ha tenido nada que ver con las excusas y el mirar para otro lado en el atentado del aeropuerto. Con esta burda actuación el gobierno pretendió conseguir a cambio una campaña electoral sin violencia terrorista y vender esa "paz" como reclamo electoral para ganar las elecciones municipales. No las ganó pero la consecuencia es que nunca la palabra paz se ha devaluado tanto ni se ha zarandeado tan interesadamente el estado de derecho. El gobierno cumplió su parte de la negociación facilitando la comprensión del Parlamento Europeo hacia Batasuna y como consecuencia la admisión a trámite de su recurso ante el Tribunal de Derechos Humanos de la UE sobre su ilegalización.

Se ha negociado durante la tregua e incluso después de atentado de la T-4 y se le ha rogado a la banda terrorista que no atentara durante las elecciones. Ahora ante las generales Zapatero no se quiere arriesgar a que la banda lo descubra haciendo públicas las conversaciones y los compromisos adquiridos y por ello va a escenificar una ruptura que es un posicionamiento más acorde con los sondeos demoscópicos que señalan que la mayoría de los españoles quieren la ilegalización de ANV. Como ha definido este lunes en Cádiz Jaime Mayor Oreja, estamos en el descanso de un partido en el que en el primer tiempo hubo negociaciones y en el segundo continuaran y lo fundamentaba en que Zapatero no ha solemnizado la ruptura con ETA para dejar una puerta abierta a futuras negociaciones si gana las elecciones. También Aznar ha dicho que es posible derrotar al terrorismo, pero que no se podrá hacer si se acepta que una parte de éste sea legal y tenga representación en las instituciones.

Estamos en un momento clave para dejar las cosas claras ante ETA. La banda debe saber que el gobierno español, sea cual sea su color político no va negociar nunca. Las medias tintas dan alas a ETA para seguir presionando mediante nuevos atentados. Ayer se ha perdido una oportunidad de oro cuando el PP planteó por cuarta vez en el Congreso que se anule la autorización para negociar que estaba condicionada a la ausencia de violencia. El PSOE y los socios del gobierno volvieron a votar en contra. Hay quien piensa que cerca de la fecha electoral el gobierno iniciará una ilegalización sin tiempo de consumarla pero suficiente para venderla electoralmente. Nos preguntamos qué le importa más a Zapatero: si la victoria electoral o la derrota de ETA.