BRANKO IVANKOVIC SELECCIONADOR DE IRÁN

«Ahmadineyad ama el fútbol»

«Los jugadores y el cuadro técnico nunca hablamos de política», dice el técnico croata

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El croata Branko Ivankovic (Varazdin, 1954) llegó a Irán en 2001 como ayudante de su compatriota Miroslav Blazevic, con quien había alcanzado las semifinales en Francia'98. En enero de 2002 se hizo en solitario con las riendas del equipo tras la renuncia de su mentor al no clasificarse para el Mundial de Corea-Japón. Se estrenó con el título en los Juegos Asiáticos de 2002 gracias a una sabia mezcla de veteranía y relevo generacional. La derrota en el arranque alemán ante México ha agudizado las críticas por su sistema (4-2-3-1) poco ofensivo y no rotar jugadores. Su ayudante, el también croata Zlato Petricevic, ejerce de traductor en la entrevista entre la lengua materna de ambos y un español correcto aprendido en México.

-¿Qué representa la selección para Irán en este momento de tensión política?

-Nosotros -los jugadores y el cuadro técnico- no hablamos de política. La política y la situación del país están a un lado. La selección, en otro. Es muy normal que toda la nación espere buenos resultados en el Mundial, como los demás países.

-¿Es mejor que el presidente Ahmadineyad no venga a Alemania?

-Él ama el fútbol y, como cualquier aficionado, el solo va a decidir si va a venir o no. Los Príncipes de Asturias estuvieron en el primer partido de España. Por eso el fútbol es precioso. Se espera que el Mundial tenga una audiencia de 30.000 millones de telespectadores. Yo estoy orgulloso de formar parte de este espectáculo universal.

-¿La presión política refuerza la cohesión del grupo?

-No hay represión. Los jugadores no tienen ninguna restricción aquí. Si quieren pueden ir a la piscina.

-¿A ver alemanas en bikini?

-Nooo. ¿Hombre! (sic) No hay ninguna limitación de movimientos. Existe una seguridad muy normal de policías y agentes.

-¿Tampoco les ha suprimido el canal erótico en la habitación, como otros entrenadores?

-Eso es muy lógico. No te puedes preocupar por algunas cosas para las que no es ahorita el momento. Aquí todo es muy normal. Vienen amigos, familiares, hermanos... No tienen ningún régimen especial. Es como la concentración de cualquier otra selección. Mi esposa también está aquí, en un hotel a cinco kilómetros de distancia. Pero a cinco milímetros de mi corazón.

-¿La religión tiene alguna influencia?

-La religión concierne a cada persona en su esfera privada. En sus habitaciones, en la práctica personal. En el equipo también tenemos un católico, con el que no existe ninguna diferencia.

-¿Y en la alimentación?

-Consumen la nutrición deportiva que les prescriben los médicos. Tienen su comida específica, pero nada diferente de la de cualquier deportista. Es muy normal que les guste más el arroz que los espaguetis. Pero los dos son ricos en hidratos.

-¿El fútbol puede ayudar a la diplomacia?

-Es una lástima que el nombre de Irán esté en este momento un poco en duda. El fútbol es una oportunidad importante para demostrarle al mundo exterior las cualidades del pueblo iraní. Es la obligación de todo equipo que represente a su país.

-¿Hay unidad nacional en torno al equipo?

-En el equipo sí hay una unión tremenda. Pero en el entorno algunos periodistas piensan que Irán debería jugar, como mínimo, las semifinales.

-¿...?

-¿Por qué se ríe? Yo les he intentado explicar el rango de México en la clasificación de la FIFA. Son una potencia y nos ganaron con mucha suerte. Los periodistas iraníes están enojados porque siempre les repito eso. La FIFA y yo debemos estar equivocados por situar a México entre los cuatro mejores del mundo y nombrarlo cabeza de grupo.

-Si no llega a semifinales, no va a poder volver a Teherán.

-Es una nación muy orgullosa. Muy culta y civilizada. Yo viví cinco años maravillosos en Irán. Va a estar siempre en mi corazón.

-Ante Portugal se juegan todo.

-(Irónico). Como es normal, vamos a ganar a Portugal. Sólo están en quinto lugar y es una de las mejores selecciones europeas en el Mundial. Esto para nosotros no significa nada.

-¿Con cambios en el equipo?

-Los mínimos. Hemos demostrado que tenemos calidad.

-Que tengan suerte.

-(Sarcástico). Gracias. Ya sé que se llevaría un disgusto si ganamos a sus vecinos.