Portugal se pone en manos de Deco

Ni Portugal ni Irán esperaban llegar a la segunda jornada del Mundial en estado de necesidad. Tras la pírrica victoria sumada ante Angola, los lusos afrontan el encuentro ante el combinado persa con la obligación de demostrar a su afición que tienen más recursos que los que enseñaron en el primer partido. Consiguieron tres puntos vitales de cara a asegurar la clasificación para los octavos de final, pero la hinchada portuguesa sabe que con ese triste juego, apoyándose en la vieja y castigada guardia como único argumento ofensivo, resulta muy complicado imaginarse una Portugal campeona.

La necesidad de Irán, en cambio, es más acuciante. Gran parte de las esperanzas del conjunto de Ivankovic estaban puestas en el primer choque ante México. Confiaban en que, después de sumar tres puntos ante el cuadro azteca, el partido ante Portugal fuese una especie de trámite previo al decisivo encuentro ante Angola. Sin embargo, la incontestable derrota ante el equipo americano ha oscurecido el panorama y el cuadro persa está ahora obligado a conseguir los tres puntos si no quiere despedirse precipitadamente de su tercera participación en un Mundial.

En este contexto, en Portugal se agarran a la vuelta de Deco al 'once' titular y al buen momento de Figo y Pauleta para confiar en una pronta recuperación de su selección. Y es que Cristiano Ronaldo, llamado a liderar el cambio generacional en el cuadro luso, no ha mostrado hasta el momento más que pequeños destellos de su inmeso talento.

La principal novedad en el conjunto de Ivankovic llega con el regreso al equipo del centrocampista Ferydoon Zandi, tras recuperarse de sus problemas físicos. Además, Ali Karimi y Mehdi Mahdavikia, que se han perdido varios entrenamientos, también estarán en condiciones de jugar. Estos tres futbolistas que militan en la Bundesliga son las principales esperanzas de Irán después de la floja actuación del goleador Daei, de 36 años, en el primer partido.