El primer ministro británico, Tony Blair. / REUTERS
en bagdad

Blair viaja a Irak por sorpresa para reunirse con el primer ministro

La embajada británica no ha confirmado si el primer ministro inglés se desplazará para visitar a las tropas de su país

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El primer ministro británico, Tony Blair, ha declarado hoy en Bagdad que la seguridad en Irak será transferida por las tropas multinacionales al Ejército y a la Policía iraquíes cuando éstas estén preparadas para proteger la seguridad del país.

Blair respondía así en rueda de prensa al primer ministro iraquí, el chií Nurei al Maliki, quien había dicho previamente que existe un calendario para la transferencia, a partir de junio próximo, de las tareas de seguridad en Irak a las fuerzas de seguridad iraquíes. "Lo importante son las circunstancias sobre el terreno, y no las fechas", ha afirmado Blair en esta comparecencia junto a su colega iraquí.

Maliki había dicho que a finales de este año las fuerzas multinacionales habrán transferido a las iraquíes las tareas de seguridad en el resto del país, excepto en Bagdad y en la provincia de Al Anbar, fronteriza con Siria y feudo de la insurgencia suní.

En concreto, aseguró que en junio próximo el Ejército y la Policía iraquíes se encargarán de la seguridad en las provincia de Samawa y Amara, en el sur y sureste del país, y cuyos habitantes son en su mayoría chiíes. Blair ha considerado "importante tener un calendario", pero ha insistido en la necesidad de acelerar la formación del Ejército y de la Policía de Irak para que sean capaces de proteger la seguridad.

Contra la violencia

Tanto él como Maliki han coincidido en que, pese a las crecientes acciones de violencia, la situación en este país árabe es mucho mejor que durante la "época de la dictadura" de Sadam Husein, cuyo régimen fue derrocado en 2003.

"Los iraquíes tienen ahora un gobierno democráticamente elegido", ha comentado el jefe del Gobierno británico, y elogió que en el nuevo Gobierno, el primero no provisional en el Irak de la posguerra, están representados los chiíes, los suníes y los kurdos iraquíes. Maliki, por su parte, ha rechazado que Irak esté viviendo una guerra civil, y ha responsabilizado de la violencia en el país a "bandas de terroristas y criminales".

Ha reafirmado que su Ejecutivo actuará para desarmar a las milicias de los diferentes grupos políticos, ya que "las armas tienen que estar en manos del Gobierno" para evitar el riesgo de un conflicto confesional.