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Jorge Gómez: «No importaré ningún estilo de fuera del puente Carranza»

Tras la dimisión de Luis Peñalver, este hermano toma el martillo para dirigir a la cuadrilla del Nazareno por las calles de Cádiz

a. mendoza
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Después de treinta años como hermano de la cofradía más señera de Cádiz, a Jorge Gómez le llegaba recientemente una responsabilidad nueva. Luis Peñalver dimitía el pasado mes de mayo y la hermandad tenía que buscar un nuevo capataz. Gómez, que había estado con Peñalver los últimos once años, no dudó en ofrecerse para tomar el testigo y finalmente la Junta de Gobierno decidió hace un mes que sería él quien asumiera el martillo. Para Gómez esta situación no es nueva puesto que en el año 1987 ya salió como capataz. Sin embargo, sí que le ha llegado sin esperarlo ya que no entraba en sus planes la dimisión de su compañero.

Gómez es cofrade desde siempre. Desde que era joven.

Sus inicios fueron en la Santa Cena porque su padre era funcionario de telégrafos. Empezó como cofrade de base y ya después se dio cuenta de que le gustaba la carga. En el año 1978 se puso debajo de un paso por primera vez. Sería el del Señor de la Salud de Cigarreras. Y en 1984, estando dentro de la Junta de Gobierno de la Cena y debido a la crisis que atravesaba entonces la hermandad, le proponen crear una cuadrilla de hermanos cargadores. También sacó uno de los patrones en Corpus así como a la Patrona, la Virgen de las Cigarreras o incluso en el año 2000 el señor del Ecce-Homo.

–Cómo afronta el reto de ser el nuevo capataz del Nazareno?

–Sobre todo con muchísima ilusión y con muchas ganas. Es una responsabilidad enorme porque llevar un paso en Cádiz es importante pero para mí llevar a Jesús es muy grande, es decir, tener la responsabilidad de mandar la cuadrilla es muy grande. Antes yo iba con Luis pero ahora mismo a quien la Junta de Gobierno le va a pedir responsabilidades en el caso de que yo no afronte el trabajo como se espera que sea va a ser solo a mi.

–¿Qué significa para usted ser capataz del Nazareno?

–Como devoto, como hermano, como cristiano pues es una cosa muy grande. Llevar a Jesús es eso, no tiene nombre, yo no sé definirlo. La verdad es que viendo cómo funcionaba la cuadrilla en los últimos once años que siempre ha ido a más, marcando los objetivos y los cubríamos y la gente respondía... en ningún momento pensé que Luis dejara la capatacía del Señor y la verdad que esto no me lo esperaba. Para mi ha sido una cosa que en poco espacio de tiempo he tenido que mentalizarme y convencerme a mí mismo si quiero afrontar la responsabilidad de hacerme cargo de la cuadrilla de Jesús Nazareno.

–De los últimos once años que ha formado parte del equipo de Luis Peñalver, ¿qué ha sido lo mejor y lo peor?

–Peor no tengo ningún momento porque estar al lado de Jesús es lo más importante, porque para los nazaneristas, aunque parezca así una cosa rara, parece que va cambiando los gestos de Jesús durante la noche y no lo digo yo solo... pero eso son las cosas nuestras, de los que vemos a Jesús desde otro punto de vista. Cosas negativas no he vivido yo ahí. Grande, la vuelta de Jesús en la Magna del Doce, sobre todo la entrada en el barrio. Eso cierro los ojos y lo veo con una claridad... Es inexplicable, fue impresionante, maravilloso.

–¿Cómo definiría su estilo de carga?

–Yo no tengo estilo. Los cargadores que llevan a Jesús lo llevan al estilo de Cádiz, al hombro, con la horquilla, como se ha trabajado siempre en Cádiz. No vamos a importar ningún estilo fuera del puente Carranza.

–¿Qué opina sobre las tendencias?

–Yo siempre digo que se dejen de historias y sean valientes y se pongan el costal pero claro en Cádiz el costal por la calle Columela no pega y por la calle Sierpes sí o por la calle O’Donell o por la calle Rioja o pasearte por la calle Cuna... Yo he sido costalero pero siempre he sabido donde terminaba el costal y donde empezaba la horquilla.

–¿Y sobre los últimos incidentes por las formas de cargar?

–Aquí un sector de la prensa morada quiere volcar sus intereses de cambiar el sistema de carga a lo que ocurre en la calle. En la calle no se le abuchea a tal imagen. Se abuchea del canasto para abajo. Pero cuando interesa se le da la vuelta al potaje. Yo no estoy de acuerdo con que se abuchee pero hay que dejar claro que se abuchea a lo que están haciendo los que van debajo del paso. Lo que pasa que el sistema de la forma de cargar no ha evolucionado en Cádiz.

–¿Qué cree que es lo más complicado de ser capataz?

–Lo que más te preocupa es la configuración de la cuadrilla en sí. Que todo el mundo vaya en su justo sitio. Que nadie sufra más de la cuenta no cometer errores al cuadrar a los hermanos pero una vez que está configurada es más sencillo todo. Yo parto de la base de la cuadrilla que salió el año pasado. Ahora va a volver a dar entrada a los hermanos que se fueron el año pasado porque no aceptaron la exclusividad que pedía Luis y también se va a ampliar a dos palos de relevo que es algo que no se ha hecho antes.

–¿Quiénes serán sus ayudantes el Jueves Santo?

–El equipo es nuevo entero pero son gente que llevan muchos años con Jesús. Entre los cuatro sumamos más de cien años al lado de Jesús. Alejandro Espina, José Manuel Acuaviva y Manuel Terrada me acompañarán.

–Un sueño que le quede ahora mismo por cumplir.

–Ahora mismo nada la verdad. Tengo una cosa que nunca pensé que pudiera suceder y estoy en una nube por tener la responsabilidad de dirigir a la cuadrilla del Nazareno.

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