La profesora irlandesa Carol McGuinness
La profesora irlandesa Carol McGuinness - antonio vázquez
entrevista

«Los alumnos necesitan más aprender a pensar que más horas de matemáticas»

Carol McGuinness, profesora de Psicología en la Queen’s University de Belfast

e. martos
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El sistema educativo no debe entender a los niños como esponjas para memorizar datos, sino enseñarlos a plantearse dudas, a cuestionarse las opciones. Saber generar pensamientos críticos o creativos, habilidades que quedan fuera del método tradicional. Ese es el salto que han dado otras comunidades educativas como la de Irlanda del Norte, Gales, Inglaterra o Escocia. La profesora de la Universidad de Belfast, Carol McGuinness, ha tutelado todos estos procesos que han supuesto un cambio en el curriculo educativo. Así lo explicará en las jornadas organizadas por el grupo Attendis, al que pertenecen los colegios Grazalema y Guadalete.

–Viene trabajando con los responsables educativos de distintos ámbitos desde hace ocho años. ¿Cómo se convence de que este cambio es necesario para cambiar dinámicas de aprendizaje tan asentadas?

–En nuestra primera experiencia se abrió la oportunidad de revisar los contenidos que había en educación y era un momento muy bueno para reorganizarlo todo. Esto ocurrió en 2007, pero antes yo ya había trabajado con pequeños grupos de profesores de varios centros y desarrollamos juntos un proyecto que sirvió como prueba piloto. Toda la documentación y los avances en este proyecto nos daban la seguridad de que la implantación de estas técnicas de pensamiento tendría éxito y por eso fue aceptado por la comunidad educativa de Irlanda del Norte. No fue un proceso inmediato, durante tres años estuvimos trabajando de manera conjunta con el Consejo de Educación hasta que se aceptó. Luego lo hemos hecho en otros lugares

–Nuestro sistema educativo utiliza aún métodos muy tradicionales centrados en la memorización. ¿Por dónde habría que empezar para crear esa oportunidad?

–La situación que nos encontramos en Irlanda del Norte era similar a la de España con un sistema muy tradicional. La manera en la que trabajamos con un pequeño grupo de colegios al principio exigió un desarrollo profesional para los profesores y fue necesario recurrir a varios líderes entre los docentes para afrontar ese cambio, gente entusiasta y motivada que contagiara a los demás. Siempre que se hace un cambio en la escuela te encuentras con profesores que lideran ese cambio y otros que se oponen. Pero en general, el avance curricular que se hizo no es distinto al que se puede hacer en cualquier sistema educativo. Es importante tener en cuenta que los alumnos necesitan más adquirir habilidades de pensamiento que más horas de las asignaturas que se les enseñan como las matemáticas, la lengua o la geografía. Lo es de cara al futuro, porque una empresa busca gente que sepan resolver problemas, trabajo en equipo, flexibilidad. Todo eso son habilidades de pensamiento y hoy hay una presión sobre el sistema educativo para que se aborden.

–La comunidad educativa sufre hoy en España y en Andalucía una mayor sobrecarga a causa de los recortes, nos encontramos con profesores más desmotivados. ¿No habría que esperar a un momento mejor?

–Todo lo contrario. Precisamente la situación de crisis es lo que propicia el momento para ponerlo en marcha. Cuando hicimos el cambio en Irlanda del Norte había problemas muy profundos, que sobrepasan incluso a los de España, teníamos el sentimiento de que era necesario renovar todo el país y ante esa situación había que replantear también el sistema educativo. Para introducir estas habilidades de pensamiento no hace falta que los profesores trabajen más, sino que estas técnicas se apliquen en cada asignatura y enseñar a los alumnos a cuestionarse, a plantearse dudas sobre lo que están aprendiendo. A veces dejamos eso para la universidad, pero no puedes esperar que lo hagan en la universidad si no lo hacen cuando son más pequeños.

–El fracaso escolar y el abandono de los estudios continúa siendo un problema sin solución, especialmente en la provincia de Cádiz. ¿Podrían contribuir estas técnicas a reducirlo?

–Bueno, primero habría que cuestionarse sobre las razones por las que se produce el abandono escolar, ¿es porque el nivel resulta muy alto para algunos alumnos? ¿porque no les interesa aprender? Quizá este asunto de enseñarlos a pensar les permita implicarse más en las clases y que se sientan más integrados, sobre todo a ese grupo de estudiantes que ahora mismo no le ven interés a lo que estudian y terminan dejando la escuela. En cualquier caso, el problema del fracaso escolar es muy profundo y esto no es una receta mágica, pero puede influir en positivo. Quizá para los alumnos con problemas sería bueno incluso trabajar con las familias, pero para implantar estas técnicas de manera general es suficiente hacerlo en la escuela a través de los docentes.

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