caso rilco

Sánchez de Medina: «La idea era hacer pensar que el proyecto era un 'bluf'»

El exdirectivo de Rilco, acusado de malversación de caudales públicos, asegura que tras la llegada de De Mier se decidió «dejar de mantener el proyecto»

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El exdirectivo de Rilco José David Sánchez, uno de los acusados en el juicio por malversación de caudales públicos a través de este portal impulsado por la Zona Franca de Cádiz , ha asegurado hoy que el proyecto existió y hubo "una decisión" de cerrarlo y de "intentar hacer pensar que era un bluf".

A preguntas de su abogado defensor, José David Sánchez, para quien el fiscal pide cinco años de cárcel, ha explicado que fue en 2004, cuando tras la victoria del PSOE, José de Mier fue nombrado delegado del Estado en la Zona Franca de Cádiz y se destapó este caso, cuando se produjo la "decisión" de "dejar de mantener el proyecto".

"La idea general era intentar hacer pensar que era un bluf", ha sostenido Sánchez de Medina, que en 2000 empezó a trabajar en la Zona Franca de Cádiz con un contrato en prácticas como técnico y tres años después empezó a trabajar para el proyecto de comercio electrónico con Iberoamérica RILCO que este consorcio impulsó y para el que, en poco tiempo, fue nombrado director general y consejero.

El exdirectivo de Rilco ha asegurado en el juicio, en el que están acusados de malversación de caudales públicos y otros delitos los dos exdelegados de la Zona Franca de Cádiz Manuel Rodríguez de Castro y Miguel Osuna, ambos designados por el PP, que el proyecto que la empresa adjudicataria, la estadounidense MFZ, cumplió con su trabajo y el proyecto que entregó "funcionaba".

Pero en sus declaraciones ante el tribunal y como también ha hecho Rafael Ortiz, otro exdirector general de RILCO para quien el fiscal pide cinco años de prisión, ha delegado en otros técnicos y en otros cargos el conocimiento exacto de algunos de los supuestos trámites irregulares que ellos firmaron.

Rafael Ortiz ha reconocido ante el tribunal que fue contratado como director general de RILCO por su amigo Manuel Rodríguez de Castro el mismo día en el que éste cesó como delegado del Estado de la Zona Franca de Cádiz acuciado por los escándalos en su gestión, y que después Miguel Osuna continuó contando con él.

Pese al nombre de su cargo, por el que cobró 750.000 pesetas el primer mes y 500.000 pesetas los siguientes, Rafael Ortiz ha explicado que su misión consistía en buscar inversores privados para RILCO, una meta en la que fracasó porque no logró ninguna participación.

Con ello ha defendido que él no tenía ninguna otra responsabilidad en lo que durante la gestación del proyecto se hizo, ni en la supuesta adjudicación irregular a MZF, ni, como le acusa el fiscal, en la supuesta elaboración de informes y facturas para "impedir el control administrativo" de las importantes ayudas públicas que el proyecto había obtenido.

"En Rilco mandaba Miguel Osuna, no se hacía absolutamente nada sin él", ha aseverado para añadir que el firmó o entregó documentación sobre el proyecto al Ministerio de Ciencia y Tecnología porque "no ponía en duda lo que me mandaba una autoridad pública", el entonces delegado del Estado en la Zona Franca de Cádiz , porque él era "un empleado" que estaba "totalmente a su servicio".

El juicio por este caso continuará mañana con la declaración de Miguel Osuna, para quien el fiscal pide en sus conclusiones provisionales ocho años de cárcel al haberse retirado la acusación de falsificación de documentos públicos.

Los extensos interrogatorios en el juicio han obligado hoy al tribunal a reconstruir el calendario de esta vista oral que ahora no llegará a su final hasta la segunda mitad del mes de junio.