El Real le gana la batalla al calor en la recta final de la Feria de Jerez

La semana de fiesta ya comienza a pasar factura a los habituales del Real, que preparan la despedida. El mediodía ha sido quizá más tranquilo que los anteriores y el ambiente familiar ha predominado en el recinto de González Hontoria. Sobre la una de la tarde serranitos, tortillas, pimientos fritos regados con rebujito volvieron a circular por las mesas de las casetas y los hay que también han asentado el estómago con un buen caldito de la abuela.

El insoportable calor ha convertido ya a la mezcla inseparable del fino y la gaseosa en el rey indiscutible de la Feria. El ambiente se mantiene a pesar de las altas temperaturas, y se debe en gran parte a los grupos de visitantes extranjeros y de otras localidades que han llegado en autobuses estacionados en los accesos al Hontoria. El principal objetivo de sus cámaras ha sido, lógicamente, el paseo de caballos, que ha lucido hoy especialmente bonito, como un homenaje a la semana grande de Jerez. Perfectamente ataviados para la ocasión, jinetes y equinos han demostrado por qué, una vez más, la Feria está dedicada a ambos.

La afluencia ha ido creciendo conforme avanzaba la tarde y la fiesta se ha trasladado a la calle, para aliviar el calor que inunda las casetas. Muy pendientes de la situación han estado los servicios de emergencias de la Cruz Roja y el 061. En torno a una treintena de personas en diferentes turnos han velado para atender cualquier urgencia en esta semana de fiesta, en la que no ha habido que lamentar graves incidentes.