A Oración en el Huerto

Hace días que me he enterado que no os acordáis de quién es él, os recuerdo su nombre, simplemente es Gabriel. Que hizo a numerosos hermanos seguidores de Cristo en su oración, pero se escondían los Judas que planeaban su traición. Menos golpes de pecho y chaquetas a estrenar, porque todo no está hecho y esto acaba de comenzar. Hagan memoria señores, porque yo sé recordar. ¿Se acuerdan del mes de mayo cuando aprieta el calor? ¡Celebrando San Honorato! en la iglesia, en su interior! Podríamos preguntar a la gente que a tantos actos asistió. ¡Que no se acuerdan de su cara! Pero yo sí la de vos. Que largo tiempo estuviste al servicio de aquellos que no te conocen, pues sólo sacaban su beneficio y te llamaban a voces. Que mi oración llegue al cielo y te colme de gracia y esperanza, no tengas desconsuelo por aquellos que te rechazan. ¡Y después quieren que crea en la iglesia! Y que con ellos vaya a rezar, las obras se hacen por gracia que es mejor que aparentar. Presten atención señores que quieren gobernar, en la vida siempre hace falta alguien para poderse apoyar, y luego se recompensa con cariño y amistad. Pues el que reniega de un hermano no se le puede llamar cristiano. Memoricen esto: en la vida se recoge lo que se siembra, y no se les ocurra hacer honores cuando él no esté para callar vuestras conciencias, las obras se hacen en vida, esta es. Su carta de presentación.