EN CLASE. La media de edad de los estudiantes es de 60 años, aunque hay más jóvenes. / T. S.
Jerez

«Los alumnos necesitan cariño: a los que faltan los llamamos por teléfono»

El colegio de Educación Permanente Victoria Alba, en San Benito, lleva 20 años desarrollando una importante labor no sólo educativa

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El colegio Victoria Alba le debe su nombre a una profesora que marcó un antes y un después en la vida del centro. Ubicado en el barrio de San Benito atiende a más de 450 alumnos que acuden cada día a aprender a utilizar el ordenador, a conocer la riqueza del patrimonio cultural de Jerez o a saber lo necesario para defenderse con las tareas escolares de sus hijos.

«Más del 80% de nuestros estudiantes son mujeres aunque cuando un hombre se implica en el colegio, lo hace más que ellas», explica el director del centro, Enrique del Valle. Incluso tienen una asociación de alumnos a la que pertenecen 277 personas. «La media de edad ronda los 60 años aunque cada vez vienen más jóvenes», asegura. Durante los últimos días toda la comunidad educativa se ha volcado en una campaña de captación de alumnos y han repartido más de 12.000 panfletos por toda su área de influencia (desde San Juan de Dios hasta Hipercor y desde la avenida Álvaro Domecq hasta la antigua Nacional IV).

Más que unas clases

La labor de los centros de Educación Permanente no se limita exclusivamente a los contenidos académicos sino que su función acaba más allá. «Los médicos recomiendan a las personas que se sienten solas que vengan aquí y desde el centro de salud nos llaman para enviárnoslos». Además de abrir los ojos a otras experiencias, los alumnos hacen amigos. «La gente necesita mucho cariño. Cuando alguno falta varias veces, se les llama por teléfono para ver qué les pasa», explicó Del Valle.

«La mayoría de ellos está en una etapa de su vida con muchos problemas y además ahora tienen que cuidar de los nietos», indica por su parte la jefa de Estudios, Mariló Marín. Aún así, «les gusta estudiar qué son las columnas jónicas y visitar los monumentos». Enseñar a estos alumnos tiene su aquel: «Tienen ya su carácter definido y es más difícil. No es como con los niños», explican.

A pesar del esfuerzo que hacen por difundir su oferta educativa, lo cierto es que «la mayoría no sabe lo que hacemos aquí. Hay mucho desconocimiento».