Monte Blanco, una simple invitación

Como gotas de rocío que resbalan por la hierba. Como gotas de lluvia que impiden contemplar lo que te espera. Como esas gotas de soledad deslizándose por las mejillas. Siempre quedan. Siempre quedan en este vino blanco sensaciones de frescura envuelta.

Recuerdos también de frutas tropicales, pera y un toque de limón natural, recién atrapado del último limonero que vivía en el jardín. Allí afuera. Allí donde el rocío, la lluvia y la soledad se convierten en aromas primarios. Aromas que en muchas vidas imperan aunque todo parezca vestido por una frescura que este vino llamado Monte Blanco sí ostenta.

Uva verdejo arrancada en la primera quincena del pasado septiembre de la cepa. Vino de uva verdejo que en la segunda quincena de noviembre fue llevado a la botella.

Sabores a fruta blanca ya en la boca, de pera y algún cítrico que también queda. Queda una simple invitación pendiente en cualquier platea, cuando la bondad de Monte Blanco se convierta en certeza. Queda que el vino crezca y su vida sea pura belleza. Y queda la realidad de un grupo encabezado por Bodegas Ramón Bilbao, al que el tiempo le ha concedido la sabiduría de elaborar vinos cada vez con mayor destreza.