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Ruta por la cuna de culturas del poniente almeriense
Fenicios, romanos y árabes dejaron su huella en el poniente almeriense con grandes yacimientos arqueológicos en Adra, Roquetas de Mar, El Ejido, Berja y Dalías
La comarca del poniente almeriense, conocida por su próspera agricultura intensiva, sus invernaderos, cuenta con un legado importante que dejaron fenicios, romanos y árabes . Los yacimientos arqueológicos existentes así lo demuestran, aunque poco explotados y estudiados muestran la importancia que tuvo esta zona muy cerca de la costa entre las antiguas ciudades de Málaga y Cartagena.
Abdera, ciudad portuaria fenicia
En el actual municipio de Adra se localiza Abdera, una antigua ciudad portuaria fundada por los fenicios entre Málaga y la actual Cartagena. Fue un importante centro de comercio ibérico que después de un periodo de declive se convirtió bajo el poder de los romanos en una de las ciudades más importantes de la provincia de la Bética.
Durante su apogeo como ciudad romana, Abdera fue conocida por su exportación de garum a todo el imperio. Una colección de monedas de esta ciudad se encuentra depositadas en el Museo Arqueológico Nacional y en el Museo de Almería hay un ejemplar de un alabastrón hallado en el Cerro de Montecristo, relacionado con la necrópolis de esta urbe.
Durante los siglos XIX y XX en los Altos de Montecristo se realizaron labores de aterrazamiento del terreno y otras labores agrícolas que afectaron negativamente a los restos arqueológicos. Los primeros trabajos tuvieron lugar en los años setenta del siglo XX con hallazgos del trazado urbano, con calles y plazas, viviendas, así como de la muralla púnica de Abdera hecha de bloques de piedra caliza sobre una capa de mortero y grava.
Turaniana, una ciudad romana
El yacimiento arqueológico de la Ribera de la Algaida-Turaniana es uno de los más importantes asentamientos humanos de la historia almeriense, tanto por su envergadura y carácter de los restos estudiados como por su dilatada ocupación cultural y cronológica, destacando entre los asentamientos costeros andaluces por las excelentes condiciones del emplazamiento que permitieron la obtención de sal y pesca.
Fue descubierto en 1859 y abarca desde el final de la Edad de Bronce, pasando por la Cultura Argárica, de la época romana hasta la musulmana, y se localizan en la localidad de Aguadulce de Roquetas de mar . Ocupa una superficie de doce hectáreas y fue declarado Bien de Interés Cultural con la categoría de Zona Arqueológica en 1991. Su importancia radica en que fue un gran fondeadero y centro comercial romano.
Su descubrimiento fue a raíz de localizar columnas, capiteles, fragmentos de cornisas y otros objetos de mármol, junto a ánforas de barro y monedas romanas . Entre los elementos encontrados se hallaron restos prehistóricos, pero el yacimiento de destruyó debido a la especulación urbanística.
Turaniana fue un 'vicus' o barrio de la ciudad de Murgi, el último municipio de la provincia romana de la bética hacia el Levante como mencionaba Plinio. Se realizaron excavaciones en 1996 y se halló una necrópolis en 2003 en la parte norte, destruida en la urbanización de la zona. En 2004 el Ayuntamiento de Roquetas de Mar realizó obras de canalización de aguas residuales de Aguadulce mediante una conducción que atraviesa el yacimiento arqueológico; pocos meses después se utilizó como escombrera
Las tumbas de Murgi
En el yacimiento de Ciavieja en El Ejido se encuentran restos materiales de hace 5000 años. Aquí se descubrió el mosaico romano que se puede observar en el museo de Colección Arqueológica de la localidad que fue solar de la antigua ciudad romana de Murgi que se encuentra en proceso de excavación.
Se trata de una colina formada por la superposición de estratos y que ha sido calificado como Bien de Interés Cultural por la trascendencia del lugar para el conocimiento de la prehistoria reciente y la historia antigua del sureste peninsular. El yacimiento de Ciavieja amplía el campo de estudio de la formación social de Los Millares en la vertiente opuesta de la Sierra de Gádor, es decir, en el poniente almeriense.
En Murgi se han encontrado termas, un circo y tumbas con ricos atuendos de joyas. Todo representa a una población próspera de la que dependían una serie de núcleos de población, villas rurales o un puerto en Guardas Viejas . A partir del siglo IV la dispersión de la población en el interior es cada vez más evidente y en los primeros años del siglo VII fue abandonada hasta desaparecer como villa.
En la costa sigue la actividad pesquera, con la construcción de almadrabas, y la obtención de sal en las salinas. El sistema defensivo de la costa entre los siglos XVI y XVIII lo constituirá el castillo y torre de Balerma, La torre y el castillo de Guardias viejas y las torres de Entinas y Cerrillos.
Portón de Villavieja
A tres kilómetros de Berja en la barrida de Benejí se levantan los restos de la imponente alcazaba de Villavieja, un observatorio privilegiado de la vega virgitana. A sus pies las escasas huellas de un antiguo anfiteatro que recuerda el poblamiento romano de la zona, la segunda alcazaba en extensión de la provincia y uno de los siete anfiteatros de Andalucía que constituye uno de los pocos Bien de Interés Cultural de la Zona desde 1987.
Esta alcazaba es uno de los pocos restos de la Berja islámica, formada por un conjunto de alquerías o barriadas dispersas por la Vega. La organización administrativa de este distrito alpujarreño se diseña en torno a una fortaleza sirviendo de refugio temporal para los habitantes de los núcleos de población cercanos. A pesar del estratégico emplazamiento, el lugar fue rodeado por una muralla, arruinada casi totalmente por los cristianos tras las primeras sublevaciones moriscas, para evitar que de nuevo sirvieran como fortificación.
Yacimiento púnico
En Dalías se localiza un yacimiento arqueológico púnico virgen que a falta de ser estudiado podría considerarse el más importante de la provincia por su extensión y su estado de conservación . Se trata de cinco hectáreas rodeadas de una muralla de unos dos metros y medio donde existirían unas torres defensivas para los arqueros.
No hay información certera, los documentos más fiables apuntan a que los esclavos que iban a trabajar en las minas de la Sierra de Gádor en el siglo IV a. C. se ubicarían aquí, suministrándoles comida, pero no agua, porque hay un yacimiento cercano que aún tiene caudal.
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