Playas donde perderte en Menorca

Cala Pilar

Menorca, una de las islas más bonitas del archipiélago balear es un destino perfecto para visitar en pareja, familia o amigos. Combina visitas culturales con unas playas que poco tienen que envidiar al Caribe. Una de ellas es la cala Pilar, situada en un entorno virgen en el norte de la isla.

La playa está situada entre Ferreries y Ciutadella y se accede a ella por un camino rodeado de bosque por el que hay que caminar aproximadamente 30 minutos. Otra opción es llegar en barco y fondearlo cerca de la costa.

Este arenal, rodeado de naturaleza, se caracteriza por el color dorado rojizo de su arena y por su agua transparente casi cristalina que hace las delicias de los visitantes si no arrecia el Tramuntana, este viento es el peor enemigo de la cala ya que el oleaje dificulta el baño.

Viaje con vuelo + hotel tres noches desde 204 euros

Cala de Talaier

Las costas de las Islas Baleares son conocidas por sus numerosas calas cristalinas, aisladas unas de otras, a cada cual más bella. Sin embargo, la afluencia de veraneantes hace cada vez más difícil encontrar la soledad que ese paisaje merece. Una poco concurrida es Es Talaier, al sur de Ciutadella, con agua turquesa y brillante.

Alojamiento desde 233 siete noches

Playa de Cavallería

Situada en el pueblo de Cavallería, este «mini Caribe» menorquín conforma un rincón de cuento de princesas, de los pocos que quedan ya en nuestro país. Su arena, de color miel, junto al azul turquesa penetrante de su agua, dibujan una playa de apenas un kilómetro donde la sensación de naturaleza es total. Puedes, además, aprovechar y darte un relajante baño de barro en uno de los extremos de la playa.

Alojamiento desde 233 euros siete noches

Cala en Brut

Para quienes busquen una forma de divertirse diferente al ir a la playa, Cala en Brut en Menorca ofrece una alternativa perfecta: sus plataformas, en lo alto de los acantilados, son el lugar donde los más atrevidos se lanzan al mar. Son de roca pulida, por lo que muchos bañistas toman el sol allí antes de saltar a darse el chapuzón. No obstante, para quienes no les apetezca uno de estos saltos de altura, siempre puede llegar al mar por las escaleras.

Este rincón, además, se encuentra muy cerca de la Ciudadela. Se puede llegar tanto en coche como en transporte público a esta manga de mar en forma de uve. Precisamente por eso, por su características especiales, es habitual que Cala en Brut esté llena de jóvenes.

Cala de Algaiarens

En Menorca, sus playas vírgenes se convierten en el destino ideal para nadar. Quienes vayan de vacaciones a esta isla, no pueden perderse la Cala de Algaiarens, una playa virgen en la costa Norte que se divide a su vez en dos zonas: Playa des Tancats y Playa des Bot.

Sus aguas son muy tranquilas, de un azul cristalino impresionante. El único peligro que acecha a los bañistas son las medusas así que hay que tener especial cuidado.

Cala Mitjana

Cala Mitjana es una bahía natural que se encuentra en el suroeste de la isla de Menorca, en el municipio de Ferrerías. Esta cala de arena blanca y fina está, como muchas de las playas de Menorca, rodeada de pinos. Es una cala de grandes dimensiones y a la cual es muy fácil acceder. Para aquellos que buscan un lugar más pequeño, junto a este arenal se sitúa cala Mitjaneta, de simensiones más pequeñas y más resguarda del viento.

Alojamiento desde 270 siete noches

Cala Turqueta

Cala Turqueta bien merece su nombre. Escondida entre pinos, este arenal virgen ofrece a los bañistas sus aguas azules y su fina arena, que la convierten en una de las mejores playas de Menorca.

Aunque es necesario caminar durante unos diez minutos desde el aparcamiento hasta la arena este sitio es uno de los paraísos de la isla además y pese a considerarse una playa virgen dispone de baños y socorrista.

Cala Santa Galdana

Las paradisiacas playas de Menorca son un lugar donde el nudismo es frecuente así que merece la pena señalar una cala donde el turismo es más familiar, hablamos de cala Santa Galdana, una de los arenales más extensos de Menorca.

Es precisamente pensando en este público más familiar que la playa pone a disposición de los bañistas tiendas, quioscos, tumbonas y chiringuitos además de poder practicar parapente o alquilar un «pedalón» o una barca a motor y recorrer gran parte de la costa viendo las calas desde otro punto de vista.

Alojamiento desde 337 euros siete noches